La enseñanza católica de la Archidiócesis comienza el curso “en unidad y comunión”
Numerosos profesores de Religión, de escuelas y centros universitarios católicos, miembros de las asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPAS), así como representantes de las diferentes entidades católicas de formación, se han dado cita la tarde del miércoles en la Catedral para la celebración de la misa de envío de la enseñanza católica de la Archidiócesis de Sevilla para este curso 2023-24.
La Eucaristía, organizada por la Delegación Diocesana de Enseñanza y el Consejo Diocesano para la Educación Católica, ha sido presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, y concelebrada por el delegado episcopal para las Escuelas Diocesanas, Fernando Borrego; el presidente de Escuelas Católicas de Andalucía, Miguel Canino, SDB; el director de pastoral y capellán de CEU Andalucía y delegado de Medios de Comunicación de la Archidiócesis de Sevilla, Leonardo Sánchez; el prefecto de Apostolado de los claretianos, Jorge Sánchez, CMF; el responsable de pastoral del colegio Portaceli, David Abad, SJ; Luis María Gaisse y Gonzalo Téllez, del colegio Altasierra (Attendis); Pedro Gutiérrez y Federico Gutiérrez, del colegio Adharaz (Attendis), así como otros sacerdotes vinculados a distintas instituciones educativas.
“Todo lo que sembréis seguro que fructificará”
El arzobispo de Sevilla ha expresado su alegría por poder acompañar a todos los asistentes en el inicio de curso “compartiendo el gozo, la emoción, las expectativas de un nuevo curso académico”.
Monseñor Saiz les alentó a que el nuevo curso no quede relegado a un itinerario exclusivamente técnico y académico: “Ha de ser un camino de crecimiento personal, una ocasión para hacer rendir los talentos recibidos, un tiempo para nuestra santificación; porque detrás de los objetos, de las materias, de los sucesos, de las personas, está la providencia amorosa de Dios.”
Don José Ángel recordó a los presentes que “todos somos necesarios y complementarios. Cuando vivimos esa unidad y esa comunión- explicó- la suma de virtudes de capacidades de trabajos se convierte en multiplicación”.
Asimismo, el arzobispo destacó que trabajar como educador católico es “un don que debemos valorar y que sirve de motivación para aspirar siempre a la excelencia, lejos de instalarnos en la rutina o la mediocridad. El trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la humildad, la solidaridad, serán la mejor respuesta a la gracia recibida y el camino para que se produzca un fruto abundante”.
Por último, monseñor Saiz recordó a los presentes que la variedad y complementariedad de carismas “componen un conjunto precioso con el que el Señor quiere hacer maravillas a través de vosotros”. Les animó a dejar “que el Señor lleve a cabo su obra”. “Todo lo que sembréis seguro que fructificará”, explicó.
La Eucaristía finalizó con la oración del profesorado cristiano a la Virgen de los Reyes.