La Hermandad de la Antigua celebra 75 años de cercanía a las monjas de clausura
“Ejercer la caridad cristiana contribuyendo al mantenimiento y cuidado de las comunidades de religiosas de vida contemplativa de la Archidiócesis de Sevilla, acompañándolas en su vida de oración y orando por ellas”. En este punto de sus reglas se resume la finalidad fundacional de la Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua y San Antonio de Padua, que este año celebra el 75º aniversario de su creación, una corporación singular con sede en la iglesia colegial del Divino Salvador que se ha convertido en uno de los principales apoyos con los que cuenta la vida contemplativa en Sevilla.
Misa de acción de gracias en el Salvador
Los actos con motivo de este aniversario tendrán su cita principal el 28 de noviembre. Esa mañana se celebrará en el Salvador la misa de acción de gracias, pero la corporación ha cerrado un variado programa religioso y cultural en el que no faltan propuestas de formación, conferencias, conciertos, exposiciones y novedades editoriales.
Así, el Círculo Mercantil acogerá del 8 al 17 de octubre la exposición ‘En Clausura’, todos los viernes del mes de noviembre se desarrollará el ciclo de conferencias ‘Diálogos de la Antigua’, se visitarán los siete lugares de Sevilla donde se encuentra una imagen de la Virgen de la Antigua, y los meses de noviembre y diciembre estarán también dedicados a la música con un ciclo de conciertos.
En el apartado estrictamente religioso, la convivencia de hermanos del mes de septiembre marcará el inicio de un curso sin duda especial, donde no faltarán las misas en los conventos de las Dominicas y Mínimas con el reclamo del rezo del Santo Rosario. Desde 2008, la hermandad celebra el viacrucis en estos conventos durante los viernes de Cuaresma, una ocasión para, además, dar a conocer cómo viven estas religiosas. Finalmente, cada miércoles de la Octava de Pascua se celebra un vialucis en una comunidad de clausura.
Desde 1946 a nuestros días, con la misma vocación
La Hermandad de la Antigua fue fundada en 1946 con un objetivo que hoy se mantiene inalterable: Socorrer materialmente a las comunidades de religiosas de clausura de cualquier regla. En el Salvador, junto al acceso interior del Patio de los Naranjos, se venera el lienzo de Nuestra Señora de la Antigua, atribuido a Juan Ruiz Soriano (siglo XVIII).
Manuel García Preciados, hermano mayor, destaca que a la ayuda material que los hermanos procuran a las monjas de clausura hay que unir “el fomento del conocimiento de la riqueza espiritual y patrimonial de los conventos y monasterios sevillanos”.