La Iglesia celebra el Día internacional de las personas con discapacidad
«Tú y yo somos Iglesia». Con este lema, el área para la discapacidad de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado se suma al Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra el 3 de diciembre. En esta línea, la Parroquia Nuestra Señora de los Remedios, de Sevilla, acogerá una Eucaristía a la una de la tarde, a la que están convocadas todos los grupos que trabajan con personas con discapacidad. La Misa será presidida por el sacerdote Gumersindo Melo, director de la Pastoral del Sordo.
«Tú y yo somos Iglesia»
“La Iglesia quiere unirse a este día y participar de manera activa, dando luz y compartiendo vida, porque son muchas las personas con discapacidad que forman parte de la Iglesia, del «nosotros» eclesial que camina unido. Porque, «Aquí y ahora, Tú y yo somos Iglesia», expresa monseñor Román Casanova, responsable del Área de Discapacidad de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado.
Este lema – explican desde la Conferencia Episcopal Española – no es una frase cualquiera. «Tú y yo somos Iglesia» “está lleno de grandes historias: de fraternidad, de superación, de servicio, de ternura, protagonizadas por hombres y mujeres, jóvenes, niños que, en comunidad y en la casa de la gran familia de los hijos de Dios, superando todo tipo de barreras, han recibido y compartido dones.”.
En este sentido, “la Iglesia quiere seguir siendo madre y maestra, la compañera en el sufrimiento, el aliento para superar todos los retos e incomprensiones que en muchas ocasiones lleva consigo la discapacidad. Además del mensaje del obispo responsable, el área para la discapacidad ofrece distintos recursos adaptados con los que invita a celebrar este día dando gracias por ser todos Iglesia”.
«Necesitamos hacerlo contigo»
En el mensaje publicado para esta ocasión, se destaca la mirada misericordiosa de la Iglesia. “La Iglesia quiere ser el rostro del Maestro, que es Cristo Jesús, y necesitamos hacerlo contigo. ¡Sí, contigo! Es necesario que recuerdes que la Iglesia somos todos. Cada uno de nosotros somos un regalo único, cada uno de nosotros hemos sido amados por Dios y estamos llamados a ser expresión de su amor. Nos queda mucho camino por recorrer y seguimos necesitando tu humanidad, tu sensibilidad para expresar el amor, tu cercanía, tu capacidad para sacar lo mejor de cada uno de nosotros y tu mirada sencilla sobre la vida”.