La Iglesia celebra la Jornada de Oración por las Vocaciones y las Vocaciones Nativas el próximo 25 de abril
La pregunta del papa Francisco ‘¿Para quién soy yo?’ es el lema y la inspiración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y de la Jornada de Vocaciones Nativas de este año, que tendrá lugar el próximo 25 de abril y da la oportunidad a todos los cristianos de rezar y apoyar tanto las vocaciones cercanas como las que surgen en tierras de misión.
Se trata de una jornada organizada por la Conferencia Episcopal Española, CONFER, CEDIS y OMP que pretende, por un lado, suscitar en todos los jóvenes la pregunta por su vocación, abriéndose a la llamada de Dios, y por otro, que la comunidad cristiana y la sociedad en general promuevan las vocaciones cristianas con la oración y el acompañamiento.
Entre las iniciativas que se están desarrollando en torno a esta jornada destaca la habilitación de una página web, que incluye testimonios cercanos de quienes han respondido a la pregunta existencial del Papa que da lema a la jornada.
Asimismo, la CEE ha puesto a disposición de los interesados un Subsidio litúrgico para celebrar la Eucaristía, el guion para llevar a cabo una Vigilia de Oración con jóvenes, así como una serie de catequesis para que los niños trabajen esta cita eclesial. Finalmente, también ha propuesto la celebración de una Semana de Oración en torno a esta jornada.
Puede descargar todos los materiales aquí.
Vocaciones Nativas
El 25 de abril se celebra, además, la Jornada de las Vocaciones Nativas, es decir, por las vocaciones de los países de misión.
A través del cauce de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, una de las cuatro Obras Misionales Pontificias, se puede dar apoyo y respaldo a los jóvenes que tienen clara la respuesta a la pregunta ‘para quién soy yo’, pero necesitan recursos materiales para hacerlo realidad.
Por eso, a esta campaña de oración se une la exhortación de que como cristianos debemos ayudar económicamente en el sostenimiento de los seminarios y noviciados de las Iglesias jóvenes, donde trabajan los misioneros
Esta jornada, por tanto, busca hacer posible que, en la misión, a los jóvenes no les falten los medios humanos y materiales para cumplir con su vocación sacerdotal o religiosa. No en vano, desde OMP España en 2020 se destinaron casi 1,5 millones de euros para ayudar a 52 seminarios de 19 países. De esta aportación se beneficiaron 3535 seminaristas y 183 formadores. También, con ese dinero se contribuyó a la formación de en torno a 500 novicios y novicias.
Finalmente, desde la Delegación diocesana de Misiones animan a participar a través del canal de Youtube de la jornada en los distintos eventos nacionales preparados con motivo de este día, concretamente en la Vigilia de Oración por las Vocaciones Nativas organizada por las Obras Misionales en Madrid cuya emisión será el sábado, 24 de abril a las ocho de la tarde.
Mensaje del Papa Francisco
Con motivo de estas jornadas, el papa Francisco ha escribo un mensaje que hacía público el pasado 19 de marzo, día de San José. Y es que precisamente es el Esposo de la Virgen el referente al que ha mirado el Pontífice para reflexionar sobre las vocaciones. Al respecto, señala que “las vocaciones –como demuestra la vida de San José- tienden a generar y regenerar la vida cada día”. En este sentido, explica, “el Señor quiere forjar corazones de padres, corazones de madres; corazones abiertos, capaces de grandes impulsos, generosos en la entrega, compasivos en el consuelo de la angustia y firmes en el fortalecimiento de la esperanza”.
Igualmente, en su mensaje resalta tres palabras claves que relacionan a San José con el discernimiento y el cumplimiento de la vocación.
En primer lugar, el “sueño”: “Todos en la vida sueñan con realizarse. Y es correcto que tengamos grandes expectativas”, matiza el Santo Padre. Si bien, el sueño de toda vida según Francisco es el amor, este es el que “el que da sentido a la vida, porque revela su misterio. La vida, en efecto, sólo se tiene si se da, sólo se posee verdaderamente si se entrega plenamente”. En esta línea, opina que “la llamada divina –a una vocación- siempre impulsa a salir, a entregarse, a ir más allá. No hay fe sin riesgo. Solo abandonándose confiadamente a la gracia, dejando de lado los propios planes y comodidades se dice verdaderamente “sí” a Dios. Y cada “sí” da frutos”.
La segunda palabra que destaca Francisco es ‘servicio’ y asegura que “toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio. Cuando una vocación, ya sea en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la madurez de la entrega de sí misma deteniéndose solo en la lógica del sacrificio, entonces en lugar de convertirse en signo de la belleza y la alegría del amor corre el riesgo de expresar infelicidad, tristeza y frustración”. Por eso, el Papa confiesa que le gusta pensar en San José como “custodio de las vocaciones”, porque “su atención en la vigilancia procede, en efecto, de su disponibilidad para servir”.
Finalmente, el Obispo de Roma apunta que la tercera palabra que suscita la figura de San José en lo referente a la vocación es la “fidelidad”. Al respecto, argumenta que San José “medita, reflexiona, no se deja dominar por la prisa, no cede a la tentación de tomar decisiones precipitadas, no sigue sus instintos y no vive sin perspectivas. Cultiva todo con paciencia. Sabe que la existencia se construye sólo con la continua adhesión a las grandes opciones”.
Finalmente, el papa Francisco concluye su mensaje deseando “la alegría” para aquellos “que generosamente han hecho de Dios el sueño de sus vidas, para servirlo en los hermanos y en las hermanas que les han sido confiados, mediante una fidelidad que es ya en sí misma un testimonio, en una época marcada por opciones pasajeras y emociones que se desvanecen sin dejar alegría”.