LA INMACULADA NIÑA DEL PEDROSO
Esta Inmaculada del Pedroso (Sevilla) es la primera talla que hizo Juan Martínez Montañez de este tema. Aquí está representada la Virgen con un rostro de niña, que la hace especialmente atractiva. El profesor Hernández Díaz escribe de esta imagen:
“Es una bellísima Virgen aniñada, de poético y bello talante, cuyo concepto cambiará años después hacia la sublime interpretación de la Theotocos. La representa en oración, la mirada baja y las manos puestas oracionalmente en forma ovalada….”
Fue realizada esta imagen en entre 1606 y 1608. A los pies de la Virgen hay sólo una cabeza de ángel con las alas extendidas, que más tarde se van a se van a multiplicar al menos en tres. No cabe duda que en esta obra parece como que se adivina y se manifiesta en el rostro, a través de los rasgos como de niña, el misterio de la Inmaculada Concepción que llevaba dentro. El manto lo recoge bajo los brazos, con una talla espléndida de los pliegues, en los que aparece también un rico estofado.
En la parte alta del pequeño retablo de la Inmaculada había una pintura de la Virgen de Guadalupe que, al ser retirada para su limpieza, se encontró que detrás ocultaba una espléndida tabla de Santa Catalina, pintada por el artista holandés Hernando esturmio (c. 1515-1556). Quizás el hecho de haber estado cubierta por la otra pintura, hizo que su estado de conservación fuera excelente. El haber añadido esta tabla al pequeño retablo, dio mayor relieve todavía a la imagen de la Inmaculada Niña del Pedroso, que tiene en esta imagen de la Virgen de Montañés uno de sus mejores tesoros.
Fernando Gª Gutiérrez, S. J
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