La enseñanza religiosa: “La mejor herencia” de los padres a sus hijos
La primera semana de junio se cumplió el plazo de matriculación en Infantil y Primaria para el curso 2016/2017, y con ello la posibilidad de optar por la asignatura de Religión y Moral Católica, una opción que goza del favor de la mayoría del alumnado. Las buenas cifras de cursos anteriores son uno de los principales argumentos que se esgrimen a la hora de defender la vigencia de una opción escolar que, por encima de todo, es un derecho de los padres refrendado por la Constitución.
Los alumnos de los centros públicos y de iniciativa social de la provincia de Sevilla han optado este curso de forma mayoritaria por la asignatura de Religión y Moral Católica. En concreto, 252.658 alumnos y alumnas, lo que supone el 81,89 % del total matriculado (308.506) en Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y las escuelas universitarias de Profesorado.
Esta es una primera lectura positiva de las cifras facilitadas por la Delegación diocesana de Enseñanza, cuando comienza el plazo de matriculación para el próximo curso. Por tipos de centros, el 77,68 % de los alumnos de centros públicos ha optado por la Religión. Un porcentaje que asciende hasta el 98,78 % en los centros de iniciativa social de titularidad canónica, y al 95,30 % en los de titularidad civil. Respecto al curso anterior se ha experimentado un ligero aumento de 1.247 alumnos en la demanda de esta asignatura o, lo que es lo mismo, 1,17 puntos porcentuales más que en el curso académico 2014/2015.
Complemento de la formación religiosa en la familia y la parroquia
Juan Manuel Rodríguez Muñiz, delegado diocesano, ha valorado positivamente estas cifras, en la medida que “confirma la impresión que tenemos de que los padres, en Sevilla y en Andalucía, desean que la enseñanza de la Religión Católica forme parte del currículo escolar de sus hijos”. Subraya el hecho de que la posibilidad de que los alumnos opten por esta asignatura no debe presuponer dejación de la familia y la parroquia en el proceso de maduración de la fe. “Esta asignatura complementa la formación religiosa recibida en la familia y la que proporciona la catequesis de la comunidad cristiana”, afirma. “Con esta asignatura –añade- se ofrecen razones y argumentos para conocer o consolidar la fe cristiana, para respetar el hecho religioso y descubrir toda su riqueza”.
Además hay razones escolares, culturales, sociológicas, eclesiales y jurídicas que justifican la asignatura, “pero las razones más hondas son las del corazón, porque ahí residen las creencias, la experiencia de fe, la búsqueda de sentido, la motivación para vivir y para amar”, subraya. Por su parte, el Arzobispo de Sevilla ha dedicado varias de sus cartas semanales a esta opción por la asignatura de Religión. Mons. Asenjo Pelegrina abunda en la riqueza que esta asignatura supone para el crecimiento personal e intelectual del alumno: “La formación religiosa escolar proporciona el conocimiento de la verdad revelada sobre Dios, responde a las preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida, ofreciendo razones sólidas para vivir y afrontar el futuro con dignidad desde la óptica de Jesús y todo ello en el marco donde reciben el resto de saberes y experiencias”, subraya.
“Principios y criterios morales decisivos”
En esta línea, recuerda que la asignatura de Religión trata sobre “principios y criterios morales, tan decisivos como la convivencia, el respeto por todos, la justicia, la entrega a los demás, el sacrificio, la fraternidad y el servicio, de forma que bien podemos decir que la educación religiosa escolar además encierra un evidente valor social, pues ayuda a formar buenos ciudadanos”.
Monseñor Asenjo habla de la matriculación en Religión como “la mejor herencia que pueden dejar” los padres a sus hijos, un legado que Rodríguez Muñiz desglosa en varios apartados. Afirma que además de su intrínseco horizonte evangelizador, esta asignatura tiene “un gran poder humanizador” y es “un factor importante en la configuración de la identidad personal”. Además, Rodríguez Muñiz destaca las dimensiones cultural e histórica de esta formación, “imprescindible para comprender la cultura en la que se mueve el alumno”. Precisamente este motivo fue el argumento invocado por el Consejo de Europa para solicitar la enseñanza de la Religión en todas las escuelas. “Todos estos argumentos no sólo apoyan la convicción de que la enseñanza de la Religión no es contraria a la escuela ni a las finalidades y objetivos que ella persigue, sino que –concluye- también muestran que, cuando falta, la educación de los alumnos queda empobrecida e incompleta, y la escuela no cumple su cometido de dar una formación integral”.
Secundaria y Bachillerato en la primera semana de julio
El lema de la campaña emprendida por la Archidiócesis de Sevilla con este motivo es claro y directo: ‘Apunta a tus hijos a clase de Religión Católica’. Y el calendario de matriculaciones se completa con el plazo que tienen los alumnos de Secundaria y Bachillerato para formalizar su matriculación durante la primera semana de julio.