La mujer en la Iglesia
Dentro de unos días, el 8 de Marzo, se celebra el día de "la mujer trabajadora". Sabemos la historia del porqué, pero yo me pregunto ¿hay día del "hombre trabajador"?. Celebrar este día es una discriminación positiva. A propósito de este día he pensado en la mujer dentro de la Iglesia, porque el Papa Francisco ha hablado mucho de ello. ¡Se lo agradezco de verdad!
Ha dicho:"La Iglesia es mujer, es "la" Iglesia no "el" Iglesia", y confesó que "me gusta describir la dimensión femenina de la Iglesia como seno acogedor que genera y regenera vida".
Como mujer, y como mujer de Iglesia, quiero compartir mis sentimientos de cómo nos situamos en ella. La mujer siempre ha tenido, y tiene, un lugar muy secundario y yo diría que de suplencia en la mayoría de las veces, aunque en nuestros templos vemos más a las mujeres que a los hombres, las actividades parroquiales son llevadas en su mayoría por nosotras.
Ciertamente que somos producto de la historia, pero fue Jesús quien rompió con muchos tabúes de su tiempo en relación con la mujer: La tuvo de discípula, de amiga, de confidente, la toco para curarla, la defendió… Jesús fue una buena noticia para la mujer.
Y como quiero ser mujer de esperanza y positiva, creo que algún día se oirá la voz de la mujer, y que sus cualidades femeninas ayuden a esta Iglesia a ser “más tierna y más cercana”. Que dejemos nuestro papel de suplencia, que también es algo muy digno de hacer lo que nadie hace, para pasar a una participación activa en la búsqueda, consejos y decisiones que la Iglesia necesita para responder a nuestra sociedad. Dice el Papa "Que las mujeres no se sientan invitadas, sino participantes a titulo pleno en la vida social y eclesial". Francisco ha dado ejemplo incorporando mujeres a la Comisión Teológica Internacional, a las que investigan las finanzas vaticanas… El Papa quiere una "presencia femenina más incisiva".
Quiero seguir apostando por las situaciones positivas que ya existen, y que deseo que se multipliquen: Mujeres que dirigen Manos Unidas, Cáritas, equipos de liturgia, coordinación de catequesis, formación de adultos…
Ciertamente que no soy feminista, pero si me siento muy mujer y muy femenina, y nuestras diferencias pueden aportar mucho de positivo, por aquello de “Hombre y mujer los creo”.
Y termino con unas palabras también del Papa Francisco "La Virgen María es más importante que los Apóstoles, los obispos…La mujer en la Iglesia es importante…". Que María nos ayude a ser "la mujer fuerte" del Evangelio que desde la humildad y la sencillez, como la Virgen, sepamos servir allí donde nos necesiten.
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