La mujer y Jesús
En mi post anterior ("La mujer en al Iglesia") decía que JESÚS FUE UNA BUENA NOTICIA PARA LA MUJER. Ahora quiero decir algo de cómo Él vivió con ellas. Su conducta frente a las mujeres fue realmente revolucionara en el contexto social de la mujer judía.
Jesús rompiendo tabúes y costumbres anteriores, acepta entre sus discípulos y seguidores a las mujeres. (Lc 8, 1-3). Y le siguieron hasta el calvario ( Mc 15,40-41)
Oponiéndose a todas las escuelas rabínicas, e incluso a la ley de Moisés, defiende a la mujer en el matrimonio condenando la poligamia y el repudio. Defiende la igualdad del varón y la mujer en la vida matrimonial, hasta tal punto que provoca protesta y dicen”…no nos trae cuenta casarnos”.
Destruye la imagen de mujer-objeto al servicio del placer del hombre y de la procreación. Jesús se acerca a las prostitutas como a una persona humana necesitada, y le ayuda a descubrir su dignidad personal, reconocer su pecado y buscar su liberación (Lc 7, 36 -50).
Jesús ha sido un hombre muy cercano a la mujer. Ha tenidos amigas como Marta y María.(Lc10,38-42).Ha sabido curar a las mujeres: La hija de la mujer sirofenicia (Mc7,25-30). María Magdalena Lc 8,2).Una mujer encorvada ( 13,10-13). Incluso tocándolas, gesto totalmente prohibido para un rabino. Defiende a una mujer adúltera de las acusaciones hipócrita de los varones (Jn 8,2-11). Se deja besar por una prostituta (Lc7,37-38). No se encuentran nunca en su boca las expresiones despectivas para la mujer al contrario, es tal su concepción de la dignidad de la mujer que no tiene reparo de hablar de Dios en sus parábolas bajo la imagen de una mujer (Lc 15,8-10).
Leer el Evangelio queriendo encontrarnos con la mujer es encontrarnos con la misericordia de Dios, con este ser que Él elevó, en María, a la máxima dignidad: Ser madre de Jesús: Dios y hombre.
Hablar del tema de la mujer es para mí algo apasionante y mucho más si es en relación con Jesús. Desde mi ser de mujer me siento identificada con el tema, y más como religiosa MMB (Mercedaria, Misionera de Bérriz) , ya que nuestro carisma es la liberación, y es precisamente con la mujer con quien más nos sentimos llamadas a esa tarea de liberación y promoción, como Jesús.
Que esta reflexión sobre “La mujer y Jesús”, independientemente de nuestro ser hombre o mujer, nos impulse a encontramos con Jesús, el mismo del Evangelio, que en Samaría, dialogó con la mujer y nos llenó de entusiasmo. En Betania, con María y Marta nos habló de amistad. Y, y en el jardín de la Resurrección, con Magdalena, nos envía a ser testigo de su Reino de Amor.
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