La Parroquia de la Ascensión del Señor celebra el X aniversario de la dedicación de su templo
La tarde del 28 de septiembre la Parroquia de la Ascensión del Señor, de Sevilla, ha celebrado el décimo aniversario de la dedicación de su templo, con una Eucaristía presidida por el arzobispo de Sevilla. Durante la misma, monseñor Saiz Meneses administró el sacramento de la confirmación a 21 jóvenes de la parroquia que se han estado preparando para este momento. Junto a él, concelebraron el párroco, Manuel García; el arcipreste de Aeropuerto-Torreblanca, Adrián Sanabria; y Alberto Pardo, anterior párroco de Nuestra Señora de la Antigua y Beato Marcelo Spínola, donde dio sus primeros pasos la comunidad parroquial.
En palabras de su párroco, «la dedicación del templo parroquial de la Ascensión ha puso el broche de oro a los esfuerzos por la construcción y consolidación de esta comunidad parroquial en Sevilla Este».
La Parroquia fue creada el 22 de febrero de 1996 y encomendada a José Lora Corento. Después de la construcción del complejo parroquial en 2001, «la comunidad vio coronados sus esfuerzos con la dedicación del templo en 2013, a cargo de monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, entonces arzobispo de Sevilla.
El mismo día, también cumplía aniversario de su ordenación diaconal Juan Ramón Fernández, diácono de la Parroquia.
Un templo de piedras vivas
En su homilía, monseñor Saiz destacó la singularidad del templo, acostumbrado como está, en Sevilla, a los templos barrocos; y también mencionó que, en Cataluña, destacaban los templos románicos y góticos. «El templo –destacó el Arzobispo- es lugar de oración, lugar de encuentro con Dios, y también lugar de encuentro con los hermanos. Pero no podemos olvidar que, junto al edificio de piedras, está el templo de piedras vivas que son los cristianos que forman la Iglesia».
Asimismo, tuvo un momento de recordar la importancia de las redes sociales en la vida de los jóvenes, y también en la vida de las parroquias, que dan fe de sus iniciativas pastorales a través de estos medios de comunicación. A los jóvenes que iban a ser confirmados, les recordó que, al final del día, si bien ponían al día sus redes, no podían olvidar la relación con Dios, la oración, la acción de gracias por el día transcurrido y la petición de perdón por los errores cometidos.
Al finalizar la celebración, los miembros de la comunidad parroquial, junto con los recién confirmados y sus familiares, pudieron disfrutar de un ágape compartido en el patio de la parroquia. De esta manera, «se ponía fin a un día gozoso, en el que la Parroquia de la Ascensión recibía estímulo de su arzobispo para llevar a cabo su vocación de ser «morada de Dios entre los hombres» (cf. Ap 21, 3)”, expresó Manuel García.