La Pastoral Familiar insta a ser “familias en salida” en esta sociedad “postpandemia”
La Delegación diocesana de Familia y Vida ha emitido un mensaje en el que reflexiona sobre cómo esta “situación imprevista que estamos viviendo con la COVID-19” ha contribuido a fortalecer la familia y a raíz de la cuál es necesario “pensar en una nueva etapa de la Pastoral Familiar”.
Así, aseguran desde esta Delegación, durante el estado de alarma “las casas se han convertido en lugares donde se ha rezado, se ha compartido la Palabra de Dios, se ha bendecido la mesa, se ha seguido la misa por internet o televisión, donde se ha aplaudido como agradecimiento por los que han cuidado de nosotros, donde se ha ayudado a esa familia vecina o a esa persona mayor de nuestro barrio, donde se han hecho llamadas telefónicas a los grandes olvidados…”. Es decir, la familia ha sido “una verdadera iglesia doméstica”. Precisamente, señalan, ha sido la familia la que ha “dado testimonio de su fe mediante hechos concretos” y enfrentándose a grandes desafíos entre los que enumera la pobreza, el paro o la soledad.
Por otro lado, en su comunicado lamentan cómo “la vida ha sido golpeada” durante los últimos meses: “Muchas muertes a nuestro alrededor, muchas vidas truncadas y familias destrozadas, difíciles momentos que no han podido ser vividos en familia, con entierros casi en soledad, de imposibles despedidas en residencias u hospitales por el obligado aislamiento”. En este sentido, hacen hincapié en el mensaje siempre defendido por la Iglesia Católica de la necesidad de defender la vida, también “hasta en edades avanzadas, una vida para disfrutarla en libertad y con los nuestros, una vida plena”.
“Una nueva forma de vivir nuestra pertenencia a la Iglesia”
Pese a que el confinamiento no ha sido obstáculo para seguir atendiendo a madres, matrimonios y familias en necesidad a través de los Centros diocesanos de Orientación Familiar ni de otros Proyectos vinculados a la Pastoral Familiar, esta Delegación diocesana sí reconoce que es el momento de buscar “una nueva forma de vivir nuestra pertenencia a la Iglesia”. Todo ello en línea con lo anunciado en el Congreso Nacional de Laicos celebrado el pasado mes de febrero en Madrid. “La propuesta hecha en este nuevo Pentecostés era la de hacer una Iglesia en salida”, remarcan.
De esta forman, hablan de “familias en salida” en esta sociedad “postpandemia”, es decir, “familias capaces de transmitir con alegría el tesoro del Evangelio; familias misioneras, cada una dentro de sus ambientes concretos; familias al servicio de los más pobres y vulnerables”.
La Delegación diocesana de Familia y Vida concluye su mensaje asegurando que también ellos se ponen “en salida, iniciando ya un proceso de reflexión para abordar el curso próximo con mucha fe, esperanza y caridad”.
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