La Renovación Carismática Católica propone un Pentecostés personal
El sacerdote José Luis Martín Descalzo, en el libro titulado El concilio de Juan y de Pablo, escribió: “El Concilio Vaticano II fue el Pentecostés oficial de los obispos, la Renovación Carismática el Pentecostés de los fieles». Mercedes Vidal es la coordinadora de la Renovación Carismática Católica (RCC) de Sevilla desde mayo de 2016.
¿Cómo nace la Renovación Carismática?
La Renovación Carismática Católica nació dos años después de terminar el Concilio Vaticano II. El concilio concluyó el 7 de diciembre de 1965 y la RCC como corriente de gracia para toda la Iglesia nació en febrero de 1967. El fin de semana del 17 al 19 de ese mes, un total de 25 jóvenes de la Universidad Católica Duquesne del Espíritu Santo, en Pittsburg (Pensilvania) fueron convocados a un retiro, cuyo tema central fue el estudio del libro de los Hechos de los Apóstoles. Cada sesión de estudio la comenzaban recitando el himno Veni Creator Spiritus. En la noche del sábado, la mayoría de los jóvenes se encontraban en la capilla de la casa de ejercicios en actitud de oración y adoración; y como ocurrió en el Cenáculo el día de Pentecostés, experimentaron el bautismo en el Espíritu y quedaron sumergidos en Él: fueron inundados por el amor de Dios y el poder de su Espíritu. Uno de los profesores que dirigió este retiro de Duquesne escribió a un amigo: “No necesito creer en Pentecostés, lo he visto”.
¿Un nuevo Pentecostés?
¡Un nuevo Pentecostés, un soplo renovador para toda la Iglesia y para todos los hombres! Eso fue lo que se pidió en el concilio y que fue el preludio de la Renovación Carismática. Cuando terminó el concilio, comenzó la renovación.
¿Tienen los miembros de la Renovación Carismática una vocación específica dentro de la Iglesia?
Desde que esta corriente de gracia fue suscitada por el Espíritu Santo hace ya 46 años, su único afán ha sido llevar a todos los hombres a un encuentro personal con Jesús, ayudándolos a tener una experiencia de un pentecostés personal mediante la predicación del Kerigma o primer anuncio y el bautismo en el Espíritu.
¿Cómo se imparte el primer anuncio?
El primer anuncio, el Kerigma, se imparte a través de los llamados seminarios de Vida en el Espíritu que consisten en una serie de proclamaciones cuyo contenido está basado en la predicación de Pedro en la mañana de Pentecostés. Después de haber preparado el corazón de los participantes con las enseñanzas, las oraciones de alabanza, la oración de sanación interior y la intercesión personal, dentro de la celebración de la eucaristía con la que termina el seminario, se ora por el bautismo en el Espíritu, también llamado efusión en el Espíritu. Todos los participantes piden a Dios un pentecostés personal que renueve y transforme sus vidas de tal manera que sean criaturas nuevas llevadas por el soplo del Espíritu.
¿Podría explicar, desde su propia experiencia, qué es el bautismo en el Espíritu?
El bautismo en el Espíritu supone vivir con la alegría y la paz que da saber que tu vida ya no depende de ti, sino de Dios, experimentando en carne propia que la Palabra de Dios se hace vida en tu vida, que es verdad y que puedes fiarte de ella sin quedar jamás defraudado. Aprendí que todo me ha sido dado sin mérito alguno por mi parte, por eso intento vivir cada día dándole gracias y alabando y bendiciendo su nombre.
Se ha visto la necesidad de proclamar el Kerigma a los sacerdotes también, al menos como prioridad. ¿Realmente es necesario un primer anuncio para los pastores?
La verdad es que sí, y no es que lo diga yo. El Señor nos pide en su Palabra saber interpretar los signos de los tiempos (Mt 16, 2). En la Renovación Carismática siempre, desde el principio, ha habido sacerdotes, tanto diocesanos como pertenecientes a las distintas órdenes religiosas, tocados y alcanzados por esta corriente de gracia que han participado y participan de ella perteneciendo a los grupos. Pero, aunque nunca nos han faltado sacerdotes que nos acompañaran en este caminar en el Espíritu, bien es verdad que en proporción eran muy pocos.
¿Una renovación del ministerio sacerdotal?
La renovación no es una iniciativa del hombre sino del Espíritu de Dios que quiere renovar su Iglesia y está empeñado en sacarla adelante (si se me permite esta expresión). Ha comenzado a suscitar seminarios de Vida en el Espíritu específicos para sacerdotes para que experimenten un pentecostés personal que renueve sus vidas, sus ministerios y puedan llevar el fuego del Espíritu con su poder renovador y transformante a todas las almas que les han sido confiadas.
También están expandiéndose seminarios de vida para jóvenes. ¿Podríamos hablar de un renacer incluso para la propia Renovación Carismática?
Yo creo que sí, pero más que un renacer de la propia Renovación Carismática, es un renacer de la propia Iglesia que se estaba convirtiendo “en mayor” y parecía que no iba a haber relevo generacional. Pero el Espíritu Santo va siempre por delante guiando a la Iglesia hacia su triunfo final. Los jóvenes están ávidos de experiencias fuertes y no hay experiencia mayor, más fuerte y tumbativa que el encuentro con Jesús, con un Dios que está vivo, que es cercano, al que no le eres ajeno y que te creó porque te ama.
Ha hablado de bautismo en el Espíritu, pero ¿no estamos bautizados ya?
Sí, claro que ya estamos bautizados, por supuesto que sí. Todos, en el sacramento del bautismo hemos recibido el Espíritu Santo. Lo que ocurre es que hay muchos bautizados que no han tenido un encuentro personal con Jesús ni saben en realidad lo que eso significa. No han hecho un acto de fe libre y voluntario, con plena consciencia, aceptando a Jesús como único Salvador y Señor de sus vidas. Podemos decir que las gracias y los dones que recibieron un día en el sacramento del bautismo están por estrenar, tienen el regalo pero nunca lo han abierto, no saben lo que el regalo contiene. No han tenido la experiencia del Espíritu Santo obrando en sus vidas.
¿Puedes explicarnos brevemente qué hay en el corazón de la Renovación Carismática?
En el corazón de la Renovación Carismática lo que nos encontramos es la experiencia de un encuentro con Jesús que está vivo. Otras características, además del don de la oración de alabanza, es el ejercicio de los carismas que el Espíritu concede según su voluntad para crecimiento de la comunidad y para evangelizar con poder. Él que convierte el corazón es el Espíritu de Dios. También la intercesión y la adoración son importantes dentro la Renovación Carismática.
¿Dónde pueden nuestros lectores obtener más información sobre la RCC?
A través de la web rcc-es.com pueden acceder a más información sobre las propuestas de seminarios, retiros, asambleas, campamentos y otros muchos acontecimientos.