Mons. Asenjo: «la vida del futuro santo es una invitación a vivir la santidad»
El Papa Francisco ha autorizado a la Congregación para la Causa de los Santos la promulgación del decreto en el que se reconoce el milagro atribuido a la intercesión del beato Manuel González, el Obispo de los Sagrarios abandonados.
Según se destaca en la nota hecha pública por la Sala de Prensa de la Santa Sede, el Papa recibió la tarde de ayer en audiencia privada al Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la causa de los Santos, y en el curso de este encuentro autorizó la promulgación del decreto.
Don Manuel González nació en Sevilla el 25 de febrero de 1877, y siendo niño fue seise de la Catedral hispalense. Obispo de Málaga y Palencia sucesivamente, se le recuerda como un pastor “eximio según el corazón del Señor”. Promovió el culto a la Sagrada Eucaristía y fundó la Congregación de Hermanas Misioneras Eucarísticas de Nazaret. Falleció en Madrid el 4 de enero de 1940, fecha que el santoral dedica a su memoria, y está enterrado en la Catedral de Palencia. Fue beatificado en Roma por san Juan Pablo II el 29 de abril de 2001.
La noticia del reconocimiento del milagro que se le atribuye llega cuando se conmemora el centenario de su ordenación episcopal como Obispo auxiliar de la diócesis de Málaga.
El Arzobispo de Sevilla y su Obispo Auxiliar han recibido con “mucha alegría” la noticia. Ambos, junto a numerosos sacerdotes y muchísimos fieles, acompañarán a las Misioneras Eucarísticas de Nazaret –a las que el Arzobispo ya ha felicitado- en la ceremonia de canonización. Según mons. Asenjo, la vida del futuro santo “es una invitación para todos los fieles de la Archidiócesis a vivir la santidad cualquiera que sea nuestro estado y condición. Es una invitación también a poner la Eucaristía, centro y culmen de la vida cristiana, en el lugar que le corresponde en nuestra vida, toda la cual debe ser una existencia eucarística, impregnada de adoración, reparación y acción de gracias”.