“La Virgen intercediendo por un enfermo”, Iglesia de San Nicolás de Sevilla.
Ayer, festividad de la Virgen de Lourdes, celebró la Iglesia la Jornada del Enfermo. Por ello, presentamos hoy este lienzo que se encuentra en la Capilla de la Virgen del Patrocinio de la Iglesia de San Nicolás de Bari.
Titulado “La Virgen intercediendo por un enfermo ante la Santísima Trinidad” es obra del pintor sevillano Vicente Alanís, quien entre los años 1758 y 1762 realiza las pinturas murales que decoran el presbiterio y las capillas de esta Iglesia, así como diversos lienzos como el que hoy nos ocupa, que hace pareja con “La Virgen del Patrocinio intercediendo por la humanidad”, un interesante cuadro en el que aparecen el rey Carlos III y su esposa, María Amalia de Sajonia, con el papa Clemente XIII, considerados ambos entre los mejores ejemplos de pintura tardobarroca sevillana.
Dividido en tres partes diferenciadas, “La Virgen intercediendo por un enfermo ante la Santísima Trinidad” nos muestra en su zona inferior izquierda un enfermo en su cama (en la que destaca el cabecero de rocalla), auxiliado por un sacerdote, los cuales aparecen enmarcados por dos columnas de las que apenas vemos su basa y su pedestal. En la situada a la derecha aparece escrita la segunda parte del Ave María en latín, que el moribundo está rezando; en primer término, en el extremo derecho del cuadro, se distingue una mesa cubierta parcialmente por un mantel, sobre la que hay un papel y un tintero, que harían alusión al testamento del personaje.
La zona superior de la composición aparece inundada por un rompimiento de gloria en el que aparece la Santísima Trinidad, ante la cual la Virgen María se muestra arrodillada en una nube intercediendo por el enfermo con gesto de súplica, mostrándose así como la Virgen del Patrocinio que acerca hasta Dios las súplicas y las necesidades de sus hijos.
Ambas zonas del cuadro están relacionadas a través de la mirada suplicante del enfermo y, sobre todo, por la imagen de la Virgen que aparece como un escalón intermedio entre la tierra y el cielo, haciendo realidad las palabras del Ave María que reza el enfermo: María está rogando a Dios en la hora de la muerte de este cristiano.
A la derecha de la composición, se abre la estancia del enfermo para dejar ver un paisaje formado por un montículo sobre el que se alza una pequeña capilla o templete, alrededor del cual aparecen arrodillados diversos personajes eclesiásticos, entre los que se distinguen el papa, ataviado con capa pluvial blanca y tiara pontificia, así como un cardenal vestido de rojo, un fraile dominico, un obispo con mitra, y otro personaje; todos ellos representan la Iglesia como abogada de los cristianos ante Dios, y nos recuerda a todos nosotros, que compartimos por medio de la oración con María su función intercesora especialmente por los enfermos y los que más sufren.
Antonio Rodríguez Babío
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural
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