Llamada a la Iglesia en Sevilla a colaborar con los Santos Lugares
Son las cinco de la mañana. Recorremos las calles de Jerusalén aprisa, donde lo único que se oye son nuestros pasos. La emoción mantiene a raya el frío intenso que despide al mes de enero y que no es obstáculo para que nos encontremos en nuestro deambular nocturno con varios judíos ultraortodoxos que van o vienen de rezar en el Muro de las Lamentaciones.
Por fin llegamos. Ahí está. El Gólgota se nos presenta como nunca antes lo hubiéramos imaginado. Dentro de una iglesia monumental marcada por el carácter del cristianismo oriental. Después de tocar la piedra donde una vez estuvo clavada la cruz de Aquel que nos salvó, entramos en una capilla minúscula que puede llegar a causar verdadera claustrofobia. Cierran la puerta de un golpe y ahí nos quedamos, muy quietos, casi sin respirar, casi a oscuras. Porque fue allí donde ocurrió, donde todo se hizo nuevo otra vez. Porque allí está el Santo Sepulcro vacío, roca firme de nuestra fe. Porque allí resucitó el Señor.
La oportunidad de celebrar la Eucaristía en este santo lugar es un privilegio que viene a mi memoria estos días, concretamente pensando en el próximo domingo, 13 de septiembre, cuya colecta se destina a los Santos Lugares. Tradicionalmente, dicha recaudación se hace coincidir con el Viernes Santo porque es precisamente el momento en el que nació este recordatorio de la Pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo y desde donde se exportó al resto del mundo. Si bien, dado que las medidas preventivas establecidas para contener la actual pandemia impidieron la celebración comunitaria normal de los Ritos de la Semana Santa, la Santa Sede trasladó esta colecta al próximo domingo.
Este cambio, aprobado por el papa Francisco, es “un signo de solidaridad con las comunidades cristianas de Oriente Medio y sus estructuras, como hospitales y escuelas. Sin la ayuda recolectada el Viernes Santo, y con la pandemia que empeora la situación, estarían en grave sufrimiento”.
Así, pese a las dificultades derivadas de la situación epidemiológica mundial, esta colecta debe seguir marcando nuestra comunión eclesial, porque nuestros hermanos católicos presentes en la tierra del Señor nos necesitan más que nunca. No en vano, la mayoría subsiste gracias a las peregrinaciones de miles de cristianos que año tras año experimentan el Quinto Evangelio. Unas peregrinaciones que, lamentablemente, se han visto gravemente mermadas y que nadie se atreve a pronosticar cuándo se retomarán con normalidad. Es, por tanto, ahora el momento de mostrarles nuestro apoyo y agradecimiento por seguir haciendo visible la Iglesia de Jesús de Nazaret en su propia tierra.
Una custodia de más de ocho siglos
Una tarea que bien conocen los franciscanos, que hace poco más de 800 años que tuvieron su primer contacto con la Tierra Santa. La Iglesia Católica les encomendó entonces la misión de cuidar los lugares en los que se encarnó y habitó Jesús. Pero la Custodia de los Santos Lugares no se reduce a la salvaguarda de una serie de restos arqueológicos ni siquiera de conservar un pedacito del templo del Santo Sepulcro en Jerusalén. No, va mucho más allá. Se trata de mantener vivas las huellas del paso de Dios por este mundo, de “vivificar” cada piedra, cada rincón y cada iglesia levantada en su nombre; se trata de hacer que estos lugares hablen al corazón de todos los peregrinos.
Para lograrlo cada pequeña aportación cuenta. La Iglesia en Sevilla lo sabe bien, que año tras año se erige como la tercera diócesis española más generosa en esta colecta. Las cifras hablan por sí solas: 68.735,02 euros se recaudaron en 2019.
Exaltación de la Cruz
Para entender por qué se ha pospuesto esta colecta de la Iglesia Universal al 13 de septiembre, debemos remontarnos a Pablo VI, que instituyó esta cita cada Viernes Santo pensando en la culminación de la vida terrenal de Jesús, en su crucifixión. Por tanto, señalan desde la Congregación para las Iglesias Orientales, “esta fiesta del 13 de septiembre, que conmemora el hallazgo de la Cruz de Cristo por Santa Elena, permite en cierto sentido “tocar” aún más los sufrimientos y la redención del mundo realizada por Cristo”.
Si bien, el Papa reconoce que esta nueva fecha obliga a las Conferencias Episcopales a organizar esta colecta de manera diferente, pero no impedirá que recuerden “el sufrimiento de los hermanos y hermanas de las Iglesias y países de Oriente Medio y de todas las Iglesias orientales”.
De este modo, este año nuevamente estamos llamados a rezar por la paz en aquella tierra bendita y a auxiliarla económicamente con la colecta del próximo domingo, porque sólo con nuestra ayuda la Tierra Santa seguirá siendo hogar de los cristianos.
Puede realizar sus donaciones por los Santos Lugares en la cuenta bancaria de LA CAIXA ES94 2100 7262 9822 0016 8424 y BANCO SANTADER ES57 0049 1861 1824 1023 4849
Carta del Arzobispo de Sevilla para la Colecta por los Santos Lugares 2020