Los cristianos de Tierra Santa nos necesitan
El Viernes Santo la Iglesia Universal se une para rememorar la Pasión de Jesús. Este mismo día es tradición celebrar la Colecta por los Santos Lugares, con la que se recuerda especialmente a los cristianos de la tierra de Jesús. Al respecto, Gabriel Sánchez, delegado diocesano de Ecumenismo, Relaciones Interconfesionales y Relaciones Católicas Orientales, anima a que “seamos generosos, porque esta colecta implica la ayuda a los hermanos cristianos de Tierra Santa, más aún en este tiempo de guerra, en la que las peregrinaciones han decaído de manera tan importante”. En el siguiente artículo, Gabriel Sánchez da a conocer el origen e historia de esta solicitud de ayuda.
La Colecta para la Tierra Santa, conocida también como “Collecta pro Locis Sanctis”, nace de la voluntad de los Papas por mantener fuerte el vínculo entre los cristianos del mundo y los Santos Lugares. La colecta es la fuente principal de ingresos para el sostenimiento de la vida que se desarrolla alrededor de los Santos Lugares. Así, la Custodia de los franciscanos, por medio de esta colecta, es capaz de mantener y llevar a cabo la importante misión a la que está llamada: custodiar los Lugares Santos, las piedras vivas de la memoria, y mantener la presencia cristiana, las piedras vivas de Tierra Santa, a través de las distintas obras de solidaridad.
Durante siglos, los Papas no solo han renovado a los franciscanos su confianza, confirmándolos en el encargo de legítimos custodios de los Santos Lugares que les había sido confiado por la Santa Sede en 1342, sino que también los han apoyado en todos los aspectos de su vida, tanto a nivel religioso, como económico, social y político.
En este sentido, destaca la Exhortación Apostólica Nobis in animo (Las necesidades de la Iglesia en Tierra Santa), del papa Pablo VI, quien dio un impulso decisivo en favor de Tierra Santa. El Santo Padre insiste en la necesidad de una mayor colaboración del mundo cristiano, ya que, especialmente a partir de la mitad del siglo XIX, han aumentado las “actividades sociales, caritativas, culturales y benéficas” en Tierra Santa y los cristianos locales no tienen medios. Pablo VI, después de señalar que en la antigüedad “los Hermanos Menores se dirigieron directamente a los grandes y a los humildes para recoger limosnas y los religiosos destinados a esta obra tuvieron el título oficial de procuradores o de comisarios de Tierra Santa”, recuerda que en los tiempos modernos las necesidades han aumentado.
En este contexto, el Obispo de Roma dispone que en todas las iglesias se haga una colecta el Viernes Santo o en otro día, que debe servir “para el mantenimiento no solo de los Santos Lugares, sino ante todo para las obras pastorales, asistenciales, educativas y sociales que la Iglesia sostiene en Tierra Santa en beneficio de sus hermanos cristianos y de las poblaciones locales”.
En los últimos decenios ha sido la Congregación para la Iglesias Orientales quien se ha interesado, en nombre de la Santa Sede, en poner de manifiesto las necesidades de Tierra Santa, asegurando que “la Custodia de Tierra Santa y la jerarquía local, en el respeto de sus competencias, puedan continuar sus obras, consolidarlas y desarrollarlas aún más”.
En esta línea, en estos últimos años el 80 % de la colecta que reciben los franciscanos ha sido destinada a las obras pastorales y sociales, y solo el 20 % a los santuarios. Hay que recordar también que la Custodia recibe solamente el 65 % de la colecta, mientras que el 35 % restante está destinado a otras instituciones que trabajan en Tierra Santa. Asimismo, las actividades del Patriarcado Latino están sostenidas por los Caballeros del Santo Sepulcro y por otras instituciones.