Los custodios de Tierra Santa piden a los cristianos de todo el mundo “ensanchad vuestros corazones y ayudadnos” en la Colecta del Viernes Santo
El próximo Viernes Santo todos los cristianos del mundo estamos llamados a colaborar con nuestros hermanos en Tierra Santa a través de la colecta pontificia por los Santos Lugares. El objetivo de esta es recoger las aportaciones de los fieles y ayudar a los cristianos de Tierra Santa y a las Iglesias de Oriente.
De hecho, las peregrinaciones y la recaudación de esta colecta en plena Semana Santa son las dos principales fuentes de ingresos y mantenimiento de los cristianos de la Tierra del Señor, que se encuentran en especial estado de necesidad debido a la guerra.
Los Padres Franciscanos son los encargados por mandato pontificio de la custodia de los Santos Lugares. No se trata únicamente de mantener viva la presencia de cristianos en el lugar donde precisamente nació el cristianismo, sino que los fondos de esta colecta universal se destinan a la salvaguarda de los restos arqueológicos, a conservar los santuarios y templos y a la labor pastoral, social y asistencial que los Franciscanos desarrollan. Y, en palabras del arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, se dedica “a lo más esencial: mantener vivas las huellas del paso de Dios por este mundo, ‘vivificar’ cada piedra, cada rincón y cada iglesia levantada en su nombre, pues se trata de hacer que estos lugares hablen al corazón de todos los peregrinos que la visitan”.
Por su parte, los franciscanos han realizado un llamamiento a la solidaridad, ya que “la falta de peregrinos, las actividades económicas cerradas, y la dificultad de viajar para ir a trabajar, dificultan la vida cotidiana y la posibilidad de tener una vida digna”.
Concretamente, fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, ha enviado un mensaje en el que lamenta que “después de haber vivido más de dos años de incertidumbre a causa del COVID y de habernos hecho la ilusión de que la normalidad había vuelto, el 7 de octubre nos sorprendió de repente el estallido de una nueva guerra en Tierra Santa, que, además de causar miles de muertos, bloqueó una vez más la visita de los peregrinos, obligó a nuestros jóvenes a faltar a la escuela durante largos períodos y dejó sin trabajo a muchos de nuestros cristianos en Tierra Santa, especialmente en Belén y Palestina, pero también en la Ciudad Vieja de Jerusalén y en Israel”.
En esta situación “sentimos la necesidad de la cercanía y la solidaridad de los cristianos de todo el mundo”, asegura. En primer lugar, a través de la oración, “porque estamos convencidos de que solo la acción de la gracia de Dios puede cambiar los corazones y orientarlos hacia el diálogo, la reconciliación y la paz”. Después, “una solidaridad y una cercanía a través de la peregrinación”. Por último, “también a través de la ayuda económica”.
Entre los deberes de los frailes franciscanos que custodian los Santos Lugares se encuentran habitarlos y hacer de ellos lugares de oración, ser acogedores con los fieles locales y con los peregrinos, y también poner en marcha obras educativas como escuelas, obras sociales como casas para ancianos y para familias jóvenes, clínicas y dispensarios, obras de promoción humana a través de la creación de puestos de trabajo.
“La Colecta del Viernes Santo sirve para sufragar parte de estos gastos, gracias a la generosidad de los fieles de todo el mundo”, asevera fr. Francesco Patton.
Por ello, un año más “los frailes de la Custodia de Tierra Santa nos hacemos mendigos y os hacemos un llamamiento para que el Viernes Santo sea un día de solidaridad universal, un día en el que los cristianos de todo el mundo se ocupen concretamente de la Iglesia Madre de Jerusalén, tan necesitada en estos momentos. Por favor, ensanchad vuestros corazones y ayudadnos según vuestras posibilidades, para que también nosotros podamos seguir cuidando de esta Tierra Santa y de sus hijos”, concluye.