Archidiócesis de Sevilla

El papa Francisco ha proclamado santa el 4 de septiembre, después de 19 años de su muerte, a la fundadora de las Misioneras de la Caridad, la Madre Teresa de Calcuta, ante 100.000 personas en la Plaza de San Pedro de Roma. Durante la homilía de la misa, el Papa ha dicho: «La madre Teresa hizo sentir su voz ante los poderosos de la Tierra para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos». Todo un mensaje.

Escribía Víctor Hugo en su novela Los Miserables que «por los pobres de la Tierra alguien encenderá una llama». La vida y la dedicación por los descartados del planeta, que son muchos, de la Madre Teresa constituyen una llama de intensa luz.  Realizó su labor en una zona concreta, pero su ejemplo debería mover las conciencias de todo el mundo. Ha finalizado la reunión de China del G20 de los poderosos de la Tierra, pienso que sin conclusiones prácticas reales para los necesitados del mundo, afectados por guerras inicuas con base económica y por desastres ambientales, como el Cambio Climático. Y tampoco hay soluciones para Siria, da igual los millones de desplazados y los centenares de miles de muertos. Ante ejemplos tremendos de egoísmo humano, la figura de Santa Teresa de Calcuta engrandece a la especie humana.

Desde los años noventa, voces críticas se alzan en contra de la religiosa, incluso se ha cuestionado la decisión del papa Francisco, ya que la que acusan de ser amiga de dictadores y de no dar cuidado profesional a los enfermos. Si la ayudaban económicamente a hacer el bien personas que podemos considerar «malas» la pregunta es, ¿porqué no ayudaban mucho las «buenas» para que no necesitase ayuda de las primeras? Esta santa vivía en condiciones hospitalarias de guerra, guerra contra la miseria y la pobreza en un país denominado emergente con personas muy ricas. ¿Que podemos pedir en las condiciones de indigencia donde esta santa realizaba su labor? La realidad es que la luz de la Madre Teresa de Calcuta nos ilumina a todos. Tenemos una santa a quien pedir por los que padecen y sufren, a quien pedir milagros por las personas que conocemos y los necesitan urgentemente. Y los milagros existen.