Manos Unidas agradece la labor de los misioneros en el Día de la Asistencia Humanitaria
Hoy, 19 de agosto, se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, una jornada en la que el mundo vuelve los ojos hacia una actividad fundamental para paliar las consecuencias que crisis climáticas, sanitarias, migratorias o las provocadas por la guerra y los conflictos, entre otras, tienen sobre millones de personas vulnerables en todo el mundo.
En lo que llevamos de año 2020, la asistencia humanitaria ha sido fundamental para atender y dar respuesta a las necesidades que la pandemia de la COVID-19 ha creado en la población más empobrecida. Para Manos Unidas éste está siendo un año “sin precedentes” en sus más de sesenta años de historia.
Durante los meses que duró el confinamiento más estricto, decretado por los gobiernos de la mayoría de los países del mundo, Manos Unidas tuvo que adaptar su modo habitual de trabajar a las circunstancias que esta gravísima pandemia mundial exigía. “De estudiar la viabilidad de los proyectos de desarrollo, que son los que normalmente apoyamos, nos hemos visto abocados a valorar y aprobar a contrarreloj más de un centenar de iniciativas de emergencia con las que hemos podido dar apoyo a miles de personas que, de la noche a la mañana, se vieron encerrados en sus casas, sin posibilidad de salir a ganarse el sustento diario”, explica Ricardo Loy, secretario general de la organización.
De esta manera, la ONG de la Iglesia Católica ha enviado a distintos países de Asia, América Latina y África cerca de tres millones de euros, materializados, fundamentalmente, en kits de comida, productos de higiene y material sanitario. “Con esta ayuda hemos conseguido, de alguna manera, mitigar el hambre y las carencias de más de un millón de personas”, señala el secretario general. “Además –añade- hemos tenido que reformular algunos de nuestros proyectos para adaptar las actividades inicialmente previstas a las nuevas circunstancias con los que el total de la ayuda destinada a paliar las consecuencias de la crisis del coronavirus es bastante superior a cuatro millones de euros”.
Aunque Manos Unidas es una ONG de desarrollo, hay circunstancias en las que es imperativo atender las necesidades más básicas y, advierte Loy, “la asistencia humanitaria es vital y si no fuera por ella hablaríamos de crisis mucho mayores”.
Más de 3,7 millones de euros destinados a ayuda de emergencia en 2019
Según datos recogidos en su Memoria de Actividades, en el año 2019 Manos Unidas duplicó sus intervenciones de emergencia. La ONG aprobó 64 proyectos, por importe de más de 3,7 millones de euros, destinados a acciones de emergencia para paliar las consecuencias de crisis provocadas por conflictos y desastres naturales y a iniciativas de ayuda humanitaria relacionadas con necesidades y situaciones graves sostenidas en el tiempo, como es el caso del acompañamiento a migrantes, refugiados y desplazados en países de Oriente Medio, el Cuerno de África y América Latina.
La mayoría de estos proyectos –cerca del 75 %– se dedicaron a hacer frente a las necesidades y consecuencias provocadas por las sequías, los desastres naturales y las crisis sociales en el continente africano. Destacan los proyectos emprendidos ante el ciclón Idai, que afectó a Mozambique, Malawi y Zimbabue; los contextos de violencia en Camerún y Sudán del Sur y las crisis alimentarias sufridas en Etiopía y Kenia. Al respecto, apunta Loy, “con estos proyectos llegamos casi a un millón de personas, gracias al trabajo infatigable de nuestros socios locales, en su mayoría misioneros, a quienes rendimos homenaje en estos días en los que tanto se habla de superhéroes”. “Estos hombres y mujeres, junto con todas las personas que con su trabajo hacen posible la labor de Manos Unidas, merecen toda nuestra admiración y homenaje en el Día de la Asistencia Humanitaria y todos los días”, concluye el secretario general de Manos Unidas.
Manos Unidas Sevilla frente al coronavirus
Según explicó María Albendea, delegada-presidenta de Manos Unidas Sevilla, en una entrevista el pasado mes de mayo, la delegación de la oenegé católica en la Archidiócesis hispalense también ha aportado su granito de arena para acompañar y ayudar a los países en desarrollo en plena pandemia.
Así, se trabaja en Cabo Delgado, la provincia más castigada de Mozambique, donde hay más de mil familias desplazada, a las que se ha enviado cincuenta mil euros para alimentos y material higiénico.
Por otro lado, en Haití “también tenemos un área rural donde el confinamiento ha provocado graves problemas. Así que se les ha enviado cuarenta mil euros para 350 familias”.
Finalmente, otro ejemplo es India, donde “hemos enviado kit de comidas, mascarillas, guantes y gel desinfectante para más de 1.700 familias, especialmente para personas de riesgo (enfermos, tuberculosos, ancianos, etc.)”, explica Albendea y añade: “Son personas que no pueden salir adelante por sí mismas y a las que el Estado no sabe dar respuesta”.
(Fotografía: Manos Unidas)