Manos Unidas junto a los refugiados
El pasado sábado, 20 de junio, se conmemoraba el Día Mundial del Refugiado en un contexto en el que Naciones Unidas estima que, de los casi 80 millones de personas desplazadas en el mundo, 30 millones son personas refugiadas y 4,2 millones solicitantes de asilo.
Las personas refugiadas forman un colectivo especialmente vulnerable que en no pocas ocasiones quedan desamparadas por los servicios públicos y los distintos Estados a los que llegan huyendo de la guerra, la miseria o el terror. Por este motivo, son las oenegés y otras entidades sociales las realidades que más alientan la promoción y desarrollo para estas personas.
Es el caso de Manos Unidas que, con motivo del Día Mundial del Refugiado, ha destacado la importancia de trabajar en los países de origen, “para proporcionar a estas personas las herramientas con las que poder hacer frente a su día a día y evitar, así, que se vean obligadas a abandonar sus comunidades, renunciando a sus raíces, a sus familias, a su idioma…”, explica África Marcitllach, coordinadora de proyectos de Manos Unidas en Oriente Medio. No en vano, señala, “la pobreza y el hambre son el caldo de cultivo en el que proliferan los conflictos y en el que se alimentan los regímenes dictatoriales y totalitarios que los llevan a huir”.
En esta línea, lamenta que el camino para conseguir sus metas es todavía “largo” y denuncia que “son demasiados los intereses económicos, políticos y sociales, que mantienen vivos los conflictos y cercenan las libertades y las oportunidades”.
Por su parte, Manos Unidas Sevilla cuenta con numerosos proyectos en África que buscan precisamente promocionar a la población local y generar economías sostenibles y sólidas que permitan el desarrollo de sus comunidades. Por ejemplo, en Ruanda llevan a cabo un programa de apoyo a la Educación Primaria y Secundaria; en Sierra Leona colaboran para reforzar la capacidad económica de 65 familias encabezadas por mujeres, incluyendo a 65 chicas en edad escolar, las principales protagonistas a largo plazo; y en Cabo Delgado (Mozambique) participan con la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, en la creación de una plataforma que mediante la realización de trabajo en red pueda dar formación en derechos a los campesinos, así como un Secretariado Permanente para recoger denuncias y ayudar a tramitarlas en los tribunales.
Refugiados y coronavirus
Las personas migrantes, desplazadas y refugiadas pertenecen a los colectivos de población más afectados por las consecuencias derivadas de la crisis del coronavirus. “En Oriente Medio, normalmente son personas que viven en campos de refugiados y, sobretodo, en infraviviendas, donde no es posible mantener las distancias recomendadas por la OMS y donde las condiciones de higiene y sanitarias dejan mucho que desear”, explica Marcitllach. Además, la mayoría de estas personas realizan trabajos mal pagados en el sector informal por lo que, con las medidas de confinamiento, se han visto sin ingresos y sin ninguna red de ayuda o asistencia.
Desde el principio de la pandemia, Manos Unidas ha trabajado intensamente para dar respuesta a las solicitudes de ayuda de emergencia provenientes de los lugares más desfavorecidos.
En el caso de Manos Unidas Sevilla, indica María Albendea, su presidenta-delegada, tiene proyectos en Cabo Delgado, la provincia más castigada de Mozambique, donde hay más de mil familias desplazadas, y alas que se les ha enviado cincuenta mil euros para alimentos y material higiénico.
Por otro lado, Haití “también tenemos un área rural donde el confinamiento ha provocado graves problemas. Así que se les ha enviado cuarenta mil euros para 350 familias”.
Finalmente, otro ejemplo es India, donde se han enviado kit de comidas, mascarillas, guantes y gel desinfectante para más de 1.700 familias, especialmente para personas de riesgo (enfermos, tuberculosos, ancianos, etc.).
Entre los años 2017 y 2019, Manos Unidas ha aprobado 82 proyectos destinados a mejorar las condiciones de vida de casi 600.000 personas desplazadas y refugiadas en África, Asia y América, por un importe superior a los 5,3 millones de euros. En lo que va de 2020, son ya una docena de proyectos aprobados, por valor de 535.843 euros.