Manos Unidas sale al rescate de una pobreza lastrada por la indiferencia
Manos Unidas encara este mes de febrero con un ritmo frenético y la vista puesta en una fecha, el 13 de febrero, jornada central de la campaña anual de esta institución eclesial, que lleva por lema ‘Nuestra indiferencia los condena al olvido’. Este año se cumple la 63ª edición de la campaña contra el hambre, y en su presentación se ha subrayado que “no es posible construir un mundo diferente con gente indiferente”.
En esta ocasión se vuelve a incidir en la relación que existe entre desigualdad y hambre -“dos caras de una misma moneda”-, y se hace un llamamiento para concienciar a la sociedad de que “la desigualdad está alimentando el mayor drama del mundo: el hambre”. En este sentido, Manos Unidas pone en el centro la cultura de la solidaridad frente a la cultura de la indiferencia, “porque, si no reaccionamos, sin nuestra mirada, atención y apoyo, los más pobres del planeta serán olvidados y se harán invisibles”, denuncian.
Inevitablemente, la pandemia del coronavirus ha incidido sensiblemente en las condiciones de vida de un sector importante de la población mundial. Manos Unidas resume la situación poniendo el objetivo en millones de personas que antes carecían de recursos para vivir “y hoy la pandemia les ha puesto en una situación límite”. Se calcula que a los 1.300 millones de personas afectadas por la pobreza antes de la Covid-19 se han sumado unos 500 millones como consecuencia de la pandemia.
Jornadas centrales de la campaña
El viernes 11 de febrero es el día fijado para la cena contra el hambre. Si bien se celebrará esa noche en numerosas parroquias e instituciones eclesiales, el acto principal tendrá lugar en el Centro Diocesano de Pastoral Juvenil (en la calle Jesús del Gran Poder) tras la misa de nueve. El domingo 13, la Parroquia de San Juan Pablo II, en Montequinto, acogerá la Eucaristía principal de la campaña en la Archidiócesis de Sevilla. Comenzará a las once de la mañana.
El pasado año se recaudó en la Archidiócesis 1.162.724 euros, un siete por ciento menos que el año anterior, cifra que se explica en parte por las dificultades derivadas de la pandemia. Este año, la delegación sevillana de Manos Unidas trabaja catorce proyectos de desarrollo en el Tercer Mundo por importe de 911.016 euros. Un reto, material y de sensibilización, para el que solicita la implicación de todos.
Proyectos en varios continentes
Manos Unidas está financiando, entre otros, un programa de educación para niñas y mujeres de varias barriadas pobres de Indore, al norte de la India. Como se ha encargado de subrayar María Albendea, delegada de Manos Unidas Sevilla, “sin la colaboración de los sevillanos, este proyecto –tasado en 49.266 euros- no sería posible”. De esta iniciativa se beneficiarían unas diez mil personas, dos mil directamente (cuatrocientos niños y mil seiscientas mujeres) y otros ocho mil de forma indirecta. El objetivo general es mejorar las condiciones de vida de las familias que viven en el cinturón industrial de Vijay Nagar pero, más concretamente, se busca empoderar a las mujeres y chicas adolescentes “para que puedan optar a un trabajo digno, y a sus hijos para que accedan al sistema educativo y a un futuro con salida laboral”.
Otro proyecto inicialmente previsto se localiza en Honduras, y aspira a lograr la sostenibilidad del sistema agroecológico “para disminuir la desigualdad social en el acceso a la alimentación en comunidades altamente vulnerables”. El coste del mismo es de 89.268 euros.