Más de un centenar de universitarios se congregaron para orar por la paz
La basílica de María Auxiliadora, acogió este jueves 9 de noviembre, la IX Vigilia de Oración para jóvenes y universitarios, presidida por monseñor Ramón Valdivia, obispo auxiliar de Sevilla.
“El fruto de la justicia es la paz”. Este pasaje bíblico del libro de Isaías fue el eje central del encuentro organizado por el Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (Sarus) en colaboración con la Universidad Loyola, la Asociación Celestino Mutis de la Universidad Pablo Olavide y la Fundación San Pablo de Andalucía.
Durante su alocución, don Ramón instó a los universitarios “a alzar su voz por la paz”. Dijo que, “algo tiene que ocurrir en el interior de los corazones que marque la diferencia con el resto de los universitarios. No podemos vivir aletargados”. El obispo auxiliar de Sevilla deploró la lamentable cifra de abortos que se producen en España, “es terrible, una vida humana creada a imagen y semejanza de Dios que pierde su valor”.
Manifestó que, “no permitir que existan guetos de pobreza extrema también pertenece a la cultura universitaria, es responsabilidad nuestra, nosotros tenemos algo que decir ¿podremos romper el muro? ¡Tienen ustedes una voz!”.
Consecuencia del mutismo
Otro subrayado de su alocución fue el rechazo a la cultura de la muerte. “Nadie quiere sufrir y mucho menos ver a los mayores sufrir. Sin embargo, la eutanasia ha generado la expectativa de evitar el sufrimiento de los que son más frágiles y vulnerables. Más vale que alcemos la voz, porque si no, nos tocará a nosotros sufrir las consecuencias del mutismo de una sociedad que estará deseando que tu vida deje de existir porque eres un estorbo”.
La sociedad – advirtió – “está acostumbrada el bienestar, una palabra que no se identifica claramente con Jesús, no aparece en el Evangelio. La dignidad humana está amenazada por lo que la cultura promueve: el aborto, la pornografía, el uso inadecuado de nuestro cuerpo, pobreza y eutanasia”.
El diálogo rompe la dinámica del mal
En esta línea, mons. Valdivia manifestó que hay posibilidades de “romper esta dinámica”. El diálogo – dijo – es la primera de ellas. “Ustedes universitarios, por la ley de Dios que está dentro de vuestros corazones, tienen conciencia y se alegran cuando nos encontramos con el vientre de una mujer embarazada, porque sabemos reconocer la belleza y la esperanza que genera. Conciencia que florece cuando somos capaces de compartir algo con los demás, estamos hechos para compartir, el diálogo rompe la dinámica del mal cuando nos disponemos a escuchar al que sufre y entramos en diálogo con ese Tú, que quiere romper los tabúes de nuestra sociedad”.
Otra posibilidad de romper la dinámica del mal es “la búsqueda de la verdad. Ustedes son universitarios, busquen la verdad donde esté, no tengan miedo a la verdad, porque Jesús se identificó con la verdad, no busquemos parches, no apañemos las circunstancias, busquemos la verdad, afrontemos de corazón la verdad”, añadió.
“Seremos cobardes sino miramos cara a cara el mal que hemos generado. Nace así, para todos, la posibilidad de una compasión, es un instinto, no basta promover una compasión, jóvenes universitarios católicos, no basta. Dios nos llama a amar al enemigo y ‘padecer con ‘, implica aceptar el misterio del sufrimiento. Sufrir significa amar, el vacío del sufrimiento llega cuando uno no entiende por qué está sufriendo, pero Jesús ha venido a nuestra orilla para decirnos que Él sufre con nosotros”, destacó.
Por tanto, “el Señor plantea la posibilidad de que ofrezcas tu vida. El ofrecimiento cristiano está lleno de amor, no es un sufrimiento vacío, todo lo contrario”.
Adoración eucarística y reconciliación
Durante la novena edición de la Vigilia hubo testimonios relacionados con el perdón, meditaciones, una reflexión central dirigida por mons. Valdivia, adoración eucarística y espacios para el sacramento de la reconciliación.
Como en ediciones anteriores, intervino María Albendea, delegada de Manos Unidas Sevilla con la campaña de 24 horas con el Señor, y, por último, el Delegado Diocesano de Pastoral Universitaria, Pablo Guija, invitó a todos los presentes «a que la experiencia vivida no sea un punto aislado. Seamos constructores de paz, de diálogo y respeto». Informó que durante el año 2024, «por los distintos campus universitarios se harán grupos de diálogo, fe y cultura, propiciado por la hermandad de los Estudiantes y por la vicaría episcopal para la Nueva Evangelización. No tenemos que esconder la fe, tenemos la oportunidad de ser constructores de esperanza, porque estamos llamados a ser sal de la tierra y luz del mundo», añadió.