Mons. Asenjo: “La participación en la Eucaristía nos impulsa a compartir”
“En esta mañana, en esta singular cita de fe y de alabanza que es la fiesta del Corpus Christi en la ciudad de Sevilla, también nosotros proclamamos con gran alegría espiritual este misterio esencial de nuestra fe, corazón de la Iglesia”. De esta manera inició su homilía el Arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, en la misa celebrada esta mañana en la Catedral al inicio de la procesión del Corpus por las calles del centro de la ciudad.
La Eucaristía sigue siendo signo de contradicción
Tras recordar el origen histórico de esta solemnidad, monseñor Asenjo afirmó que “el misterio eucarístico supera toda lógica humana”. Por ello, señaló que no es de extrañar que “también hoy a muchos les cueste aceptar la presencia real”. “Hoy como entonces –añadió-, la Eucaristía sigue siendo signo de contradicción y no es para menos, porque un Dios que se hace carne y se ofrece para la vida del mundo pone en crisis la sabiduría de los hombres”.
En esta línea, el Arzobispo apuntó que “para que todos lo contemplen y se sientan atraídos hacia Él, en esta mañana proclamamos a plena luz, en el bellísimo entramado urbano de la ciudad de Sevilla, cuanto Jesús dijo e hizo en la intimidad del Cenáculo”.
Corpus Christi y el Día de la Caridad
Más adelante recordó que “sin la Eucaristía, recibida con frecuencia y con las debidas disposiciones, ni los sacerdotes, ni los consagrados, ni los laicos podremos vivir nuestra fe y nuestros compromisos con coraje y valentía. Sin ella –reiteró- nos faltarían las fuerzas para mantener la esperanza, para afrontar las dificultades del camino, para luchar contra el mal, para no sucumbir ante los ídolos y las seducciones del mundo, para seguir al Señor con entusiasmo, ofrecerle la vida, confesarle delante de los hombres, servir, amar y perdonar, incluso a los enemigos”. Esta vivencia debe llevar al cristiano a “compartir”. Por ello, monseñor Asenjo señaló que “no es una casualidad que la Iglesia en España celebre en este día la Jornada de Caritas, el día de la caridad”.
En este punto, el Arzobispo recordó que “se dan entre nosotros situaciones de extrema pobreza y de privaciones de hasta lo más elemental”. Por tanto, la participación en la Eucaristía exige, “hoy más que nunca, signos de fraternidad, un género de vida más austero y no ostentoso, por solidaridad con los que nada tienen y para poder compartir con ellos no sólo lo que nos sobra, sino incluso lo necesario”. Al respecto, solicitó a los presentes generosidad en la colecta, que se destinaría a Cáritas, una institución diocesana que el pasado martes presentó su Memoria de Actividades correspondiente al año 2018.
Puede acceder al texto íntegro de la homilía en este enlace.