Mons. Gómez por la fiesta de la Asunción: “que la Virgen nos libere de la tibieza, la mentira y la desesperanza”
El Obispo auxiliar de Sevilla, monseñor Santiago Gómez Sierra, ha presidido esta mañana la Eucaristía con motivo de la solemnidad de la Asunción y fiesta de Ntra. Sra. de los Reyes, patrona de la ciudad y de la Archidiócesis, en la seo hispalense. En un principio estaba previsto que fuese monseñor Asenjo, Arzobispo de Sevilla, el que presidiera la Eucaristía, pero debido a una leve indisposición se ha retirado durante la procesión previa a la Misa, concretamente en la puerta de San Miguel.
Así, mons. Gómez ha comenzado la homilía recordando que la Asunción de la Virgen es una de las fiestas marianas “más enraizadas en la piedad de nuestro pueblo”, en la que se celebra la “certeza de que la Virgen no conoció la corrupción del sepulcro”. El Obispo ha señalado que esta certeza es muy antigua puesto que, ya en el siglo II, se celebraba en Jerusalén una fiesta en el mes de agosto en torno al sepulcro vacío de María en Getsemaní. Dos siglos más tarde se construiría un santuario que se convertiría en el más visitado después del Santo Sepulcro del Señor. Así, ha apuntado monseñor Gómez, “esta certeza se acrecienta en la Iglesia en los siglos XVIII y XIX. A partir de 1900 comienzan a llegar a Roma miles de peticiones pidiendo al Papa que defina el dogma de la Asunción”. Por ello, el 1 de noviembre de 1950, el papa Pío XII proclama ser “dogma divinamente revelado que la Inmaculada madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste”.
En la homilía, el Obispo auxiliar también ha explicado que la asunción y coronación de María como reina del mundo es para la humanidad “signo de esperanza segura y de consuelo hasta que llegue el día del Señor”. Por este motivo, ha invitado a “alabarla y felicitarla”. En esta línea, ha señalado que María “no se ha alejado de nosotros; todo lo contrario: su cercanía y su luz se proyectan sobre nuestra vida y sobre la historia de la humanidad”.
Para terminar, monseñor Gómez Sierra ha hecho propias las palabras de san Ildefonso de Toledo, que invitaba a los cristianos a “coronar a María como reina y señora de sus vidas y a llevar siempre a María en el corazón”, por eso, ha reiterado, “pongamos a la Virgen de los Reyes en el centro de nuestros corazones”, de este modo, ha continuado, “nuestra vida se convertirá en un camino de conversión y de gracia, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de fraternidad y servicio humilde y esmerado a los pobres y a los que sufren, y en un manantial de santidad, de dinamismo apostólico y de fidelidad a nuestra vocación cristiana”.
El Obispo auxiliar hispalense ha cerrado la homilía pidiendo “por España y por las naciones hermanas de Venezuela y Nicaragua, para que encuentren caminos de libertad, de justicia y de paz”, así como para que la Virgen “nos libere de la tibieza, la mentira, la rutina, el desánimo, el cansancio y la desesperanza”.