Mons. Saiz anima a los voluntarios de Cáritas a «mirar el día a día con los ojos del samaritano»
El pasado 6 de noviembre, bajo el lema ‘Unidos en el amor’, se celebró la Escuela de Otoño de Cáritas Diocesana de Sevilla, como viene siendo costumbre en el espacio Lantana Garden. Esta es la cita anual que reúne a los voluntarios y agentes de Cáritas para un fin de semana de formación y convivencia. En esta ocasión, como medida de seguridad por la situación sanitaria actual, la Escuela se ha celebrado en un único día y la participación ha sido tanto presencial, con la asistencia de 350 voluntarios, como en modalidad online, con unas 130 personas conectadas.
La jornada comenzó con una oración inicial y la ponencia inaugural a cargo de monseñor José Ángel Saiz, arzobispo de Sevilla, que dedicó unas palabras de afecto y reconocimiento a la labor de los voluntarios, animando a todos los presentes a mirar en nuestro día a día con los ojos del samaritano, con la mirada del corazón. Les animó también a tener conciencia de la realidad de nuestro pueblo, fomentar la iglesia en salida y ser una casa siempre abierta, atenta y de caridad.
El director de Cáritas Diocesana, Mariano Pérez de Ayala, dio la bienvenida tras las palabras de don José Ángel, reflexionando sobre la situación en la que nos encontramos, poniendo en relieve la realidad de hoy, la vulnerabilidad de todos y la debilidad del estado de bienestar, el sistema sanitario, la necesidad de lo público, de reforzar las estructuras que hagan posibles ayudar a las personas que se encuentran en situación de necesidad, en busca de ayuda y cómo nosotros, «hombres y mujeres de Cáritas, tenemos que reivindicar el papel de lo público y de lo comunitario».
La ponencia ‘La realidad de la sociedad actual tras la pandemia del Covid´19’, fue impartida por Raúl Flores, del Equipo de Estudios de Cáritas Española. En la misma abordó los distintos temas que afectan a la sociedad en esta nueva crisis, que ha visibilizado realidades ya existentes como la falta de ingresos, con trabajadores atrapados en la precariedad y la inestabilidad laboral, y los problemas relacionados con la vivienda, que solo es un derecho si la puedes pagar, la alimentación, la brecha digital y la salud mental.
A la ponencia de Raúl Flores le siguió el trabajo por grupos, donde los voluntarios se plantearon cuestiones sobre el papel de Cáritas en nuestra sociedad y cómo construir un mundo más justo y fraterno hoy, desde nuestras realidades y nuestros encuentros con Dios y con el otro.
Por la tarde tuvo lugar la ponencia de Montse Escribano, teóloga, titulada ‘Pobrezas”, luces y sombras que orientan nuestra espiritualidad’, en la que planteó algunas metáforas para entender y situarnos ante el presente y orientarnos en nuestra realidad. También facilitó orientaciones y retos, desde la fe creyente, acompañados de un Dios de proximidad y de projimidad, para vivir con sentido nuestra labor en Cáritas y en la vida diaria.
Tras la ponencia tuvo lugar el gesto final y la oración de cierre con el que finalizó esta edición de la Escuela de Otoño.
En su vigesimoquinto aniversario, la Escuela contó además con una exposición que recorre la historia de estas veinticinco ediciones a través de imágenes y testimonios de voluntarios, técnicos de Cáritas, sacerdotes, etc. Esta exposición tiene además un carácter itinerante, ya que recorrerá todas las parroquias que así lo soliciten.