Mons. Saiz en la solemnidad de la Asunción de la Virgen: “Hemos de seguir poniendo a María en el centro de nuestros corazones creyentes”
La Catedral de Sevilla acogió un año más la solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Una concurrida ceremonia presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, concelebrada por los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León, monseñor Ramón Valdivia y sacerdotes del clero diocesano, la mañana de este martes 15 de agosto.
Durante su homilía, mons. Saiz refirió que “uno de los títulos que orgullosamente ostenta Sevilla es el de mariana”. Este tratamiento – ha dicho – se debe a que nuestra geografía está sembrada de bellísimas imágenes de la Virgen bajo diferentes advocaciones, y también a la proverbial devoción que los sevillanos profesamos a la Madre de Dios.
Historia de la restauración
En este sentido, “el título de Nuestra Señora de los Reyes está vinculada a la recuperación de nuestra Archidiócesis para el cristianismo, después de la reconquista de Sevilla que llevó a cabo el Rey San Fernando III, el 23 de noviembre de 1248, cuyo 775 aniversario estamos conmemorando con diversos actos durante este año”.
Sobre San Fernando dijo que “continúa siendo un modelo y referencia para la vivencia de nuestra fe a pesar de los siglos transcurridos, porque realizó en profundidad el ideal del caballero cristiano, con un corazón noble, y confiando en Dios”.
En esta línea, “se sintió siervo de Santa María y Ella ocupaba un lugar importante en su vida. Así transmitió a su hijo Alfonso X el Sabio su profunda devoción a la Virgen y dejó imágenes marianas fernandinas para veneración de los fieles en los lugares conquistados”.
Por tanto, “hemos de seguir poniendo a María en el centro de nuestros corazones creyentes, y seguir su ejemplo invitando a todos a hacer lo que Él nos diga, como en las Bodas de Caná. Así, nuestra mariana ciudad de Sevilla, continuará muchos años más enraizada en la fe cristiana, por intercesión de Nuestra Señora de los Reyes”.
Compromiso cristiano
Don José Ángel expresó que el inicio de la novena en honor a la Virgen de los Reyes inició el domingo 6 de agosto, coincidiendo con la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, en la que han participado más de cinco mil jóvenes sevillanos. A partir de allí, ha destacado algunos aspectos del compromiso cristiano “que en la actualidad adquieren particular relevancia”.
El arzobispo hispalense se refirió, en primer lugar, a una ecología integral “para superar los enfoques fragmentados y parciales, y poder llegar a un planteamiento completo del desarrollo humano que integra los aspectos sociales, medioambientales y económicos y que tiene repercusiones en la vida cotidiana y en la cultura”.
Alentó a “avanzar decididamente por la senda de la fraternidad y la amistad social. No como consecuencia de un propósito voluntarista, sino, sobre todo, a partir de la pertenencia común a la familia humana, del hecho de reconocernos como hermanos porque somos hijos de un mismo Padre, todos necesitados de crecer en la conciencia de que en un mundo globalizado e interconectado solo podemos avanzar si estamos unidos”.
María, Reina de la Paz
Otro de los aspectos capitales ha sido el llamado a la construcción de la paz. “La paz es fruto de la justicia, del perdón y la reconciliación. Hoy pido a nuestra Madre, la Virgen de los Reyes, la gracia de la misericordia y reconciliación plena de cada uno de nosotros con Dios, con uno mismo, con los demás y con la creación”.
Reconoció que “amar a Dios y a los demás no es tan fácil; que, llamados a vivir en gracia, en comunión con Dios, topamos con una realidad de des-gracia, de mal, de pecado, que se hace presente en el camino”. Sin embargo, “el amor de Dios es más fuerte que nuestro pecado y que el mal del mundo”. Por tanto, “es responsabilidad nuestra poner a Dios en el centro de la vida; es nuestro deber no olvidar a tantos hermanos necesitados en el mundo, en nuestros pueblos y ciudades, en nuestros barrios; es nuestra obligación cuidar y perfeccionar la creación, en lugar de destruirla”.
Puede acceder a la homilía íntegra aquí