Mons. Saiz Meneses concede la medalla pro Ecclesia Hispalense a Luis Jiménez Rabadán, de Fuentes de Andalucía
El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz ha concedido la medalla Pro Ecclesia Hispalense a Luis Jiménez Rabadán, «por su colaboración fiel y fructífera a lo largo de 48 años en la acción pastoral de la parroquia».
La ceremonia de entrega tuvo lugar en la Parroquia Santa María La Blanca, de Fuentes de Andalucía, la tarde de ayer jueves, a la que asistieron sus familiares, amigos y miembros de la comunidad parroquial.
Nacido en Fuentes de Andalucía el 19 de enero de 1933, en la Calle de la Huerta, hijo de dos ecijanos, Antonio Jiménez y Antonia Rabadán, es el tercero de seis hermanos. Fue bautizado en la Parroquia Santiago de Écija el 8 de febrero de ese mismo año. Es esposo, padre de cuatro hijos y abuelo de ocho nietos, feligrés comprometido y abnegado a servicio de la Iglesia.
Sobre su vida: Infancia y juventud
Vivió y creció pasando por varios barrios y calles de Fuentes de Andalucía durante su niñez: calle la Huerta, El Postigo, San Juan Bosco, Calle Mayor, la Barrosa hasta afincarse en su juventud en la Plaza de España conocida popularmente como “el paseíto la arena”, donde continúa residiendo en la actualidad. Desde entonces se hizo hermano de la Hermandad de la Veracruz con sede en el Convento de las Madres Mercedarias.
Con 8 años, ingresó en el Colegio de los Salesianos de Fuentes de Andalucía. Ahí adquirió valores como persona y descubrió las aficiones que le han acompañado y le acompañan en su vida, tanto deportivas como artísticas.
Luis Jiménez es amante del fútbol y el tenis de mesa, gran melómano de la música clásica, en especial de la zarzuela, cinéfilo y lector, y, sobre todo, su inquietud por el conocimiento y el afán por aprender, de ahí su gran capacidad autodidacta durante toda su vida, tanto en lo personal como en lo laboral.
Hizo la Primera Comunión el día 31 de enero de 1941, festividad de San Juan Bosco, en la iglesia del Convento de San José de Fuentes de Andalucía, donde se asentaron los salesianos desde su llegada a la localidad.
En el año 1948, los Salesianos se marcharon de Fuentes, pero gracias a la educación, la inquietud y la devoción a María que habían recibido, un grupo de antiguos alumnos y el párroco Don José Ojeda, siguieron año tras año celebrando cada 24 de mayo el día de María Auxiliadora.
Pronto este grupo de muchachos se unieron a la Acción Católica, gracias a ello fueron sembrando sus ideas religiosas por la juventud del pueblo y siguieron organizando sus competiciones deportivas y sus teatros tal y como marcaban las directrices que aprendieron junto a los salesianos.
Al pertenecer a una familia humilde, con sólo 13 años comenzó a trabajar en la estación de tren. En su juventud llegó a ser presidente de la Juventud Agraria y Rural Católica, estando muy comprometido con el movimiento de la juventud y el trabajo en el que estuvo muy activo durante su presidencia.
Trabajó en la Hermandad de Labradores, después de hacer el servicio militar, y posteriormente entró en la Caja San Fernando, ahí discurrió toda su vida laboral hasta su jubilación, llegando a ocupar durante 20 años el puesto de director. Luis, muy comprometido por los demás, sin vocación sindicalista, pero con gran sentido de ayuda al prójimo, no pudo ser menos y representó sindicalmente a sus compañeros durante varios años, logrando mejoras laborales muy reseñables para todos ellos.
Un matrimonio fecundo
Con 31 años se casó con Manola, el 17 de septiembre de 1964 en la Parroquia de Santa María la Blanca de Fuentes de Andalucía. Desde entonces ella ha sido su compañera, gran madre y fiel esposa. Junto a ella tuvieron cuatro hijas, Antonia María, Ana, Inés y Mónica, que a su vez han aumentado la familia con los 8 nietos que les han regalado.
Hermandad de María Auxiliadora
En 1978, un grupo de jóvenes que frecuentaban la parroquia con ayuda del párroco, forjaron la idea de crear una Romería, pero no encontraban advocación mariana a la que asignarla. Contactaron con los antiguos alumnos salesianos para proponer como romera a María Auxiliadora, y con exaltación y alegría no dudaron en ofrecérsela al pueblo de Fuentes de Andalucía.
Pasada dicha romería decidieron reunirse los antiguos alumnos salesianos con el objeto de formar una comisión para tal fin y así año tras año se fue consolidando, hasta que, en el año 1981, siendo Luis uno de los hermanos fundadores y actuando como tesorero, se forjaran los pilares de la que actualmente es la Hermandad de María Auxiliadora.
Desde 1973, siendo párroco Ramón Díez, se encomendó a Luis la tarea de administración de la parroquia. Desde entonces ha sido miembro de la junta económica, ejerciendo sus funciones como asesor y encargado de llevar la economía parroquial con los diferentes párrocos que han ido pasando por Fuentes de Andalucía, Jesús Córdova, Manuel Azcárate, Fernando Fernández, Miguel Ángel Bernal, Juan José Linares, José Antonio Martínez, hasta el actual párroco José Antonio Rivera.
Siempre comprometido con la iglesia, en el año 1997 Luis participó en la creación de la comisión para la rehabilitación del Convento de San José tras el derrumbe de su presbiterio. Por su honradez y predisposición, desde el principio se encargó de la gestión económica de dicha comisión.
Posteriormente, en el año 2004, tras la clausura por amenaza de derrumbe del templo parroquial, continuó incansable en el mismo cargo al frente de la comisión, en esta ocasión destinada a las obras de rehabilitación de la propia Parroquia. Tras la finalización de la restauración una década más tarde, continúa gestionando la recaudación de las cuotas y donativos de los feligreses para hacer frente al pago del préstamo que aún sigue pendiente de devolución.
Sobre la medalla pro Ecclesia Hispalense
La medalla es una copia de un pectoral de bronce de gran interés arqueológico encontrado en las inmediaciones de Sevilla, que debió pertenecer a un obispo o sacerdote de la época visigótica, en los tiempos en que rigieron sucesivamente la Archidiócesis los santos arzobispos Leandro e Isidoro. El medallón, en bronce, presenta en su anverso grabado en sencilla silueta el Salvator Mundi, según la iconografía de la época, con el cáliz eucarístico y el anagrama griego IHS –iota, eta, sigma-, primeras letras del nombre de Jesús. En el reverso se representa el chrismón, anagrama también griego de Cristo.
Este medallón es, junto con el sarcófago paleocristiano de Écija, la antigua sede astigitana, el testimonio más antiguo de la Archidiócesis, y por ello se ha elegido como símbolo en la medalla.