Mons. Sebastián: «La familia es el resorte de la continuidad de la fe en el mundo”
El Cardenal Fernando Sebastián fue el encargado de inaugurar, ayer martes, el ciclo de ponencias de la I Semana de la Familia, organizada por la Delegación de diocesana de Familia y Vida en colaboración con la Hermandad de la Paz. El acto tuvo lugar en el salón de actos de la Fundación Cajasol (Plaza de San Francisco), de Sevilla.
El arzobispo de Sevilla, Mons. Asenjo, presentó al ponente, quien al comenzar la conferencia titulada ‘La transmisión de la fe en las familias’, interpeló a los asistentes con la pregunta ¿quién no enseñó a rezar?, para a partir de ahí, exponer que entramos en la vida cristiana casi sin darnos cuenta, gracias a que nuestros padres rezaban con nosotros por las noches. “Si la Iglesia existe para invitar a la fe y esta invitación se hace en la familia, hay que reconocer que la Iglesia evangelizadora es la Iglesia humilde y cercana de nuestra propia familia. La familia es el resorte de la continuidad de la fe en el mundo”, afirmaba Mons. Sebastián.
Educar es evangelizar
“Transmitir la fe- continuaba el Cardenal Sebastián- es conducir a los hijos hacia el reconocimiento de Jesús como Señor de la vida, no solo mediante mandatos y consejos, sino ayudar que nazca dentro de ellos ese reconocimiento. Es crear en ellos la personalidad de un creyente de un discípulo, no con temor, sino con convicción personal”.
Para ello el cardenal instaba a los padres a enseñar a sus hijos a vivir creyendo en Jesús, poniéndolo como centro y único modelo de vida, ya que sin el modelo y la enseñanza de Jesús, “no puede haber una vida cabal”. Asimismo, argumentaba que el laicismo es “una decapitación de la humanidad, que nos deja a la deriva, sin saber dónde está el bien verdadero”.
El Arzobispo emérito de Pamplona y Tudela señaló que no comparte la llamada “educación en valores”, ya que para los cristianos “el valor, es decir, el comportamiento estimable y apetecible, es Jesús, modelo de vida humana para los cristianos. Cualquier modelo educativo que no explicite la presencia y el ideal de Jesús- añadió- se queda a medio camino y pierde el vigor del cristianismo”.
Por otro lado, Monseñor Sebastián contemplaba cuatro condiciones necesarias para educar en la fe: Tener autoridad moral, de manera que se convenza al hijo, pero dentro de una relación de confianza; Exigir a los hijos un comportamiento correcto, sin condescender, ni dar la razón por contentarlos, sino ayudar a portarse bien con renuncias; enseñar a contar con Cristo en el conjunto de la vida, relacionándose con él de una manera sencilla, constructiva, alegre…
Para todo esto la familia debe vivir la fe que se quiere inculcar a los hijos, de manera que forme parte del comportamiento familiar normal. Mons. Sebastián puntualizó que para que la familia cumpla su labor evangelizadora debe superar numerosas dificultades que se le presentan en el camino, entre las que destacó la tiranía del dinero, del bienestar y del “bien quedar”, es decir del que querer diferenciarse de los demás. El cardenal afirmó al respecto que que “ser cristiano es una dignidad, un valor que está por encima de los demás cosas. Hay que tener orgullo de ser Hijo de Dios”.