Mons. Asenjo administra el sacramento del Orden a cinco nuevos presbíteros en la Solemnidad de Pentecostés
La Catedral de Sevilla ha acogido la tarde de este domingo, día en el que la Iglesia celebra la Solemnidad de Pentecostés, la ordenación sacerdotal de cinco nuevos presbíteros. Durante la ceremonia, presidida por el Administrador Apostólico de la Archidiócesis de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo y concelebrada por numerosos sacerdotes del clero, tres diáconos del Seminario Metropolitano: Antonio Jesús Serrano, Ignacio del Rey y Guillermo Martín, y dos del Redemptoris Mater: Jesús Medina y Juan José Muñoz, recibieron el Sacramento del Orden Sacerdotal en segundo grado.
Durante su homilía, monseñor Asenjo exhortó a los nuevos sacerdotes, a “estar con Jesús en el sagrario, para ser íntimos amigos suyos cada día. Dios quiera que cada día os sentéis como verdaderos discípulos a escuchar a Jesús, para que Él os enseñe a ser buen sacerdote, un santo sacerdote”.
La oración – por tanto – refirió el Administrador Apostólico de la Archidiócesis “es una verdadera necesidad en nuestra vida, sin oración no cabe fidelidad alguna, no cabe tampoco fecundidad apostólica, que os sentéis cada mañana, cada noche, a los pies de Jesús”.
Pandemia espiritual
Dirigiéndose a los ordenandos, expresó que “el Señor os envía también a predicar, en medio de la situación actual en nuestro mundo, cada vez más secularizado. Estamos viviendo una tragedia, una pandemia tremenda, pero probablemente nos preocupe menos la pandemia espiritual que está padeciendo Occidente, que está padeciendo España, cómo en muchos sitios está dilapidando la herencia cristiana”.
“Habéis sido elegidos para enviaros a predicar y no tenéis tiempo que perder, que nada os despediste, ni promociones, ni ascensos ni otros intereses que no sean el interés de Jesús, no podéis tener otro interés que anunciar el Evangelio, que anunciar a Jesucristo vivo, muerto y resucitado, de anunciar la cruz de Cristo”.
Sacerdote es apóstol
Monseñor Asenjo expresó que “sacerdote es sinónimo de apóstol, de misionero”, por tanto, recomendó a los nuevos servidores, “buscad a los niños, buscad a los jóvenes, buscad a los adultos, predicar sin cesar, enseñad, santificad, celebrando cada día la Eucaristía, perdonando los pecados, visitando a los enfermos y llevándoles el consuelo del Señor”.
“Si por alguien debéis tener preferencia o debilidad – ha resaltado – que sea por los pobres y los enfermos, que son los predilectos del Señor, mimad la Cáritas parroquial, servid a los pobres, convertíos en samaritanos de vuestros hermanos, arrodillaos ante los pobres y en vuestra oración no olvidéis de los fieles”.
Finalmente, pidió a la María Santísima, Madre del sumo y eterno sacerdote, “que os ayude a ser fieles y que llene de fecundidad vuestro ministerio, para Gloria de Dios”.
Gratitud al Seminario
Al término de la Eucaristía, monseñor Asenjo felicitó a los familiares y amigos de los nuevos sacerdotes, a sus parroquias, al Seminario, a los formadores y profesores, que ven recompensados sus esfuerzos.
«Es muy probable que esta sea la última vez que un servidor administre el Sacramento del Orden, por ello, estos cinco nuevos sacerdotes quedan especialmente vinculados a mi ministerio, yo rezaré por ellos, para que sean siempre fieles, para que vivan santamente el ministerio que esta tarde han recibido, yo les pido a ellos que también recen por mi, para que yo también me mantenga fiel hasta el final de mi vida».