Monseñor Saiz a los sacerdotes: “Se trata de entregar la propia vida”
La Catedral de Sevilla ha acogido esta mañana la celebración de la Misa Crismal, presidida por el arzobispo hispalense, monseñor José Ángel Saiz Meneses, y concelebrada por monseñor Francisco Javier Lozano, nuncio apostólico, y por los obispos auxiliares de Sevilla, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia.
En la ceremonia -que ha sido retransmitida por el canal de Youtube de la Catedral- ha participado una amplia representación del presbiterio de Sevilla, así como la comunidad del Seminario Metropolitano y el Redemptoris Mater, y algunos fieles que han querido acompañar al clero en este día.
Monseñor Saiz ha comenzado su homilía explicando que hoy “recordamos especialmente aquel momento en el que por la imposición de las manos del Obispo y la oración consecratoria, fuimos introducidos en el sacerdocio de Jesucristo”.
También hoy “bendecimos los óleos y consagramos el crisma, que servirán para ungir a los catecúmenos, para confortar a los enfermos y para conferir el Bautismo, la Confirmación y el Orden sagrado. En esta celebración también renovaremos las promesas sacerdotales, nuestra consagración y servicio a Cristo y a la Iglesia”.
En su mensaje, el arzobispo pide a los sacerdotes “elevar nuestra mirada a Cristo, que ha conferido el sacerdocio real a todo su pueblo santo, y ha elegido a unos hombres de este pueblo para que participen de su sagrada misión. Estos elegidos y consagrados somos nosotros, sus sacerdotes. En esta celebración recordamos el gran don del sacerdocio, el don del Señor a su Iglesia y, en particular, a cada uno de nosotros”.
Más adelante, ha reflexionado sobre la caridad pastoral, “el principio interior y dinámico que unifica las diferentes actividades pastorales de la vida del presbítero”. Al respecto, ha asegurado que su esencia “es la donación total de sí mismo viviendo las actitudes del Señor, imitando su servicio hasta el extremo, la entrega de la propia vida. Nuestro trabajo pastoral es una manifestación de la caridad de Cristo. No se trata sólo de vivir el desprendimiento de los bienes materiales o del propio tiempo; se trata sobre todo de entregar la propia vida. Este debe ser el criterio, la clave determinante de nuestra existencia, de nuestras relaciones con los demás”
Asimismo, monseñor Saiz ha apuntado que esta caridad pastoral “encuentra su alimento principal y su expresión en la Eucaristía. La celebración de la Eucaristía será el fundamento, la raíz, la cima de nuestra vida sacerdotal. En la Eucaristía -continúa- encontramos la fuerza que nos llevará a anunciar la Buena Nueva sin desfallecimiento, así como a entregarnos a todos, especialmente a los más pobres y necesitados”.
Para don José Ángel otra prioridad fundamental del sacerdote es la oración: “En el contexto actual es urgente para sacerdotes, miembros de la vida consagrada, así como para el laicado, encontrar el equilibrio y las justas proporciones entre la oración, la formación permanente, el trabajo pastoral, el esparcimiento necesario y el descanso; y también es fundamental para responder a la llamada a la santidad, en cada uno de los estados de vida”.
El arzobispo hispalense ha concluido su homilía dando gracias a Dios “por nuestra familia diocesana y por la familia de nuestro presbiterio. Gracias, hermanos sacerdotes, por vuestro trabajo pastoral en este tiempo tan difícil como apasionante, gracias por vuestra entrega generosa”.
La ceremonia ha continuado con la renovación de las promesas sacerdotales de los presbíteros presentes.
A continuación, se ha procedido a la bendición de los santos óleos que se utilizarán para la unción: el santo crisma, el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos, es decir, el óleo que servirá para ungir a los catecúmenos en el bautismo, los bautizados que reciban la confirmación, los enfermos en su dolor, y finalmente, los candidatos al sacerdocio.
Fotografías de Miguel Ángel Osuna