Monseñor Saiz exhorta a los sevillanos a ser «testigos de Cristo resucitado en el siglo XXI»
El Arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, presidió ayer la Misa por la Resurrección del Señor en la Catedral de Sevilla, a la que acudieron centenares de personas para celebrar juntos el culmen del misterio pascual.
Durante su homilía, monseñor Saiz recordó que a partir de ahora “tenemos 50 días para ir saboreando, degustando, nutriéndonos y también entendiendo un poco más de este misterio pascual de nuestra salvación”.
Continuó subrayando que en la Pascua debe destacar una actitud de “alegría porque Cristo ha resucitado, ha vencido a la muerte y al pecado”. Asimismo, insistió en que con la liturgia “actualizamos el misterio de Cristo que transforma nuestra vida, que nos convierte y nos hace crecer en nuestra realidad de Hijos de Dios, de miembros de Cristo y templos del Espíritu”.
Por otra parte, refiriéndose a las palabras del apóstol San Pablo en una de sus cartas, declaró que si Cristo no hubiera resucitado “los cristianos seríamos los más ingenuos, los más perdidos y los más engañados entre los hombres”, pese a que el mensaje del Evangelio “sea el más sublime que se haya escrito”. Sin embargo, “la Resurrección es señal de que Él es el Hijo eterno de Dios que ha venido para salvarnos. Cristo ha resucitado y eso tiene que marcar profundamente nuestra vida personal como incide en la Historia”.
Ante este hecho, pidió a los sevillanos ser “testigos de Cristo resucitado en el siglo XXI, en el tercer milenio, porque también nosotros hemos recibido y acogido esa salvación que el Señor nos ofrece, esa vida nueva, esa vida de unión con Él”.
En esta línea, dio gracias a Dios porque en Sevilla “la transmisión de la fe que es tan importante en la vida de la Iglesia todavía se realiza con normalidad en las familias, en las parroquias, en las escuelas, en las hermandades, en los movimientos…Seguramente tenemos muchos aspectos que mejorar, pero todavía el proceso de secularización que afecta a Europa occidental aquí no tiene tanta fuerza, y de nosotros depende que no solo no gane fuerza, sino que retroceda a través de una vida auténtica y coherente como discípulos del Señor”. Al respecto, señaló que los cristianos no deben ocultar su fe: “No nos vamos a avergonzar del Señor que ha dado su vida en la cruz por nosotros. Bien lo hemos contemplado y meditado estos días. No vamos a tener miedo de nada ni de nadie”. Al contrario, explicaba, “lo propio de la vida pascual es buscar lo bienes de arriba, porque no podemos peregrinar con una doble vida, a ratos soy muy creyente y muy devoto y rezo mucho y cumplo mis prácticas religiosas, pero después vivo como el mundo, con los criterios de esta sociedad nuestra materialista y consumista. Si habéis resucitado con Cristo –recalcó- buscad los bienes de arriba”.
Esta experiencia se plasma, según el Arzobispo hispalense, en vivir con coherencia y autenticidad. Un camino –reconoció- muchas veces difíciles, por este motivo, invitó a ir de la mano de María la Virgen, para que “nos guíe y acompañe”.
Finalmente, instó a contemplar durante esta Pascua el encuentro de María con Jesús resucitado, “una escena que no está narrada en los evangelios pero que existió sin duda” y concluyó su homilía exhortando a todos los sevillanos a ser “testigos de Cristo en medio del mundo”.
Fotografías de Miguel Ángel Osuna