Muros, fraternidad y misericordia
Decía el Papa Francisco el 18 de febrero de 2015, hace casi un año, que la fraternidad es hermosa y Jesucristo la llevó a su plenitud, asumiéndola en el amor trinitario y potenciándola de tal modo que puede superar todo muro de extrañeza. Misericordia también es recibir al que no tiene hogar; un año después de las palabras del Papa seguimos sin entender su mensaje; incluso hemos ido a peor. El mundo ha pasado por muchos momentos de movimientos de personas huyendo de desastres, necesitadas de la misericordia de sus hermanos. Hoy tenemos muchos muros de extrañeza.
El Evangelio de San Mateo nos lo expresa al manifestar las palabras de Jesús peregrino era y me hospedasteis (25,35) y también cuanto hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeñuelos, conmigo lo hicisteis (25,40).
Pensemos en la situación de los refugiados y los migrantes ambientales. Unos huyen de las guerras y otros de los desastres del cambio climático y de los desatinos medioambientales. ¿Quién tendrá misericordia con ellos?
Meditemos sobre los efectos de la guerra. Un millón de personas buscando refugio, pidiendo misericordia. Y la respuesta es blindar Europa. Esta guerra se alimenta de armas y me pregunto ¿vende hoy España armas, con conocimiento del gobierno, que terminan en Siria? Como católico me gustaría saber la respuesta. La geopolítica mundial no supo frenar esta guerra al inicio de la misma. Los muros que levantamos para evitar que los refugiados que huyen del fuego hacia el hielo del invierno europeo no son una manifestación de misericordia. Pero aún podemos cambiar, el Evangelio nos inspira y el Papa Francisco nos ilumina.
0 comentarios
dejar un comentario