Obras espirituales de misericordia: Consolar al triste
La Virgen consolada por San Juan. Esta iconografía es frecuente en occidente: la tristeza de María en la Pasión de Cristo es consolada por el que fue encargado por su Hijo de cuidar de su Madre. En ocasiones así sobran las palabras; es suficiente la cercanía y el acompañamiento. Fue una intuición artística este grupo iconográfico, que se repite frecuentemente en la escultura sevillana.
La Virgen de la Amargura con San Juan Evangelista: un paso de palio en la Iglesia de San Juan de la Palma, La imagen de la Virgen es atribuida a Pedro Roldán (1624-1699), pero tuvo que ser restaurada por Antonio Susillo (1855-1896), que realizó unas manos nuevas a la imagen después del incendio sufrido en la Semana Santa de 1893. La imagen de San Juan es obra de Benito de Hita del Castillo (1714-1784), que la realizó en 1760.
El conjunto de las dos figuras es perfecto: la tristeza serena de la Virgen es consolada por San Juan Evangelista, que con un gesto la quiere separar de la visión dolorida de su Hijo. El dolor acompañado y compartido, que parece que se hace menor en el que lo sufre. Esta es la representación perfecta de la obra de misericordia: Consolar al triste.
Tristeza de la Soledad. ¡Cuánta soledad en la tristeza de tantas personas anónimas! Qué fácil se nos pone esta manera de ayudar a la multitud de quienes sufren el tormento de la soledad a nuestro lado, compartiendo su tristeza. El filósofo cristiano Gabriel Marcel escribía: Esa gran masa de hombres solos… ¿Cómo vencer ese infortunio de la soledad? Con toda seguridad, únicamente la respuesta cristiana es la decisiva. Y esta es la del acompañamiento: consolar al triste. La Virgen de la Amargura con San Juan es la realización de la obre espiritual de la Misericordia.
Fernando García Gutiérrez, S.J.
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural
Fotografía: José Javier Comas
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