OBRAS ESPIRITUALES DE MISERICORDIA: Sufrir con paciencia los defectos de los demás
La iconografía de Jesús de la Humildad y Paciencia es una de las más frecuentas en la representación de la Pasión de Cristo: aparece el Señor desnudo con solo el paño de la pureza, sentado sobre una peña y esperando, con las manos juntas en oración al Padre, el momento de la crucifixión. Es una actitud de total desvalimiento, de espera desamparada, sin más refugio que la mirada hacia el Padre. Así es la imagen de Nuestro Padre Jesús de las Penas, de la Hermandad de la Estrella.
El escultor flamenco José de Arce (1600-1666), que llegó a Sevilla en 1636, después de estudiar en Italia bajo la influencia del arte de Bernini, realizó obras extraordinarias en esta ciudad. Puede decirse con toda certeza, que este escultor introdujo en esta ciudad los fermentos de un franco y decidido barroquismo, por lo que cabe atribuirle la iniciación de dicho estilo plástico andaluz, ya que la escultura se encontraba inmersa en sus más clásicas formas de últimos del manierismo… (Juan Carrero Rodríguez).
En 1655, según un documento encontrado dentro de la imagen en la última restauración, José de Arce realizó esta impresionante escultura de Cristo en su Humildad y Paciencia. Cuando se acercaba el momento de ser crucificado, Cristo no encuentra más amparo que en su mirada dirigida al Padre en medio de un total desvalimiento humano. Es la figuración perfecta de una inmensa humildad y paciencia, ante los sufrimientos infligidos por los hombres.
Ante de desamparo de todos, cuando no encontraba los demás más que insultos y desprecios, Cristo une sus manos en súplica ardiente al Padre, al ofrecer la redención de la humanidad.
Fernando Gª Gutiérrez, S-J-
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural
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