Ordenando un altillo
Terminando de hablar por teléfono con mi amigo Manolo sobre la actualización de mí Curriculum Vitae , me dirigí a buscar en el altillo la carpeta donde guardaba todos los certificados que avalaban mi formación.
Encontré la carpeta y empecé a recordar esos años tan maravillosos que pasé en la Universidad, esas primeras experiencias laborales dando clases y las amistades que se fraguaron entonces y que mantengo actualmente.
Me adentré en el interior del altillo como en la escena de la película ‘Las crónicas de Narnia’, cuando los tres hermanos entran en el armario y mientras despejan los abrigos que se encuentran a su paso, se dirigen hacia el exterior donde acontecen sucesos extraordinarios.
Con música de fondo de Hans Zimmer, empiezo a encontrarme con todo tipo de recuerdos en el altillo: Fotos de mi primer interrail, cuando contaba 20 años, mi primera aventura «improvisada» de un viaje en moto a Sevilla desde Barcelona, acampadas en Cazorla, Pirineos….
Comienzo a poner en orden todo lo que voy encontrando y hago inventario para saber qué guardo en el altillo , cuando de repente siento una sensación muy agradable. Me gusta lo que estoy haciendo y no me pesa nada hacerlo.
Es la sensación de hacer las cosas con amor, de lo que nos hablan papas como San Juan Pablo II y recientemente Francisco en la Exhortación «Gaudete et Exultate».
Es curioso cómo en la vida no tenemos que hacer grandes cosas para disfrutar, cómo dándole un toque extraordinario a lo ordinario podemos revivir experiencias que permanecerán en el tiempo…
3 comentarios
Si, Beatriz, ese es el secreto hacer las cosas con amor: las grandes y las pequeñas; las que nos gustan y las que nos disgustan… PONERLE AMOR A TODO LO QUE HACEMOS
Cierto, hace poco hice eso mismo y me idéntico contigo. ¡ Qué maravilloso ¡ también es cierto que cuando lo comentaba con una amiga me decía Charo y te acuerdas de esto… y te acuerdas de lo otro, y muchas cosas no recordaba … que coraje pero conforme mi amiga me contaba las iba recordando, ¡qué sentimiento¡, alguna cosilla costaba recordar más que otra … y eso de no terminar de acordarme verdad pero que disgustaba porque lo quería recordar de inmediato , ja , ja , pero el amor y sentimiento tan extraordinario que me producía no os podría explicar. Pero verdad Beatriz que qué sencillo y a la mano tenemos sentir y recordar esas inolvidables y gratas experiencias. A partir de ahora no voy a buscar algo cuando necesite, simplemente sé que tengo que buscar un poquito de tiempo para revolver y buscar entre mis cosas, me transmite mucho, no solo buscaré mi CV, revisaré mis álbumes, removeré mis cajones, bajaré a mi trastero … con que poquito se puede sentir tanto, ¡Con qué poquito! . Gracias.
Asi es, el gozo de recordar por medio de esas cosas que guardamos y olvidamos porque van dando paso a las mas recientes. Pero la historia, la biografía de nuestra propia vida es conveniente recordarla, removerla, todo «eso» para ser agradecido en la vida y lo que ella nos aporta.
Qué hermoso es revivir la vida!!!
Un abrazo Beatriz