Organizaciones de personas

¿Hay algo en común entre una hermandad, una familia, una empresa, una asociación deportiva, una congregación religiosa o un club social? Sí: todas son organizaciones de personas. Personas que colaboran (co-laboran, trabajan juntas) para conseguir unos objetivos comunes que individualmente no podrían conseguir. Todas tienen algo en común: su finalidad es crear valor, mediante la consecución de sus fines: en lo económico, en sus actividades, en los procesos y en las personas.

Crear valor en lo económico. Una hermandad –como cualquier otra organización de personas- tiene que generar los recursos económicos suficientes para poder funcionar. Los medios suelen ser las cuotas de los hermanos, donativos, y subvenciones oconvenios. Los mayordomos han de hacer muchos equilibrios para poder cuadrar las cuentas y atender los pagos necesarios para que la hermandad perdure en el tiempo.

Crear valor en sus actividades. Los hermanos han de recibir la atención y formación a la que son acreedores; los cultos han de celebrarse con el decoro y seriedad propios de la liturgia; las personas necesitadas de ayuda que acudan a la hermandad han de ser atendidas, en la medida de lo posible. Podríamos citar algún ejemplo más; pero los fundamentales son éstos que acabamos de exponer. Si se fallara aquí la hermandad perdería su razón de ser.

Crear valor en los procesos, en los procedimientos. A las hermandades se va a trabajar, no a pasar la tarde. Una Casa de Hermandad ha de ser un lugar de trabajo y formación. Para sacar una hermandad adelante hacen falta horas de trabajo eficaz, con rigor y metodología adecuadas a las distintas funciones y tratando de innovar, para hacer que la actuación de la Junta de Gobierno sea cada vez más eficiente.

Crear valor en las personas. Este es el fin esencial de una hermandad, de todas las hermandades, es que los hermanos sean mejores cristianos y mejoren la sociedad en la que se desenvuelven. Esta variable merece, sin duda, un tratamiento especial.

Cuatro frentes a atender. Los cuatro son importantes –el que más el de la mejora de los hermanos-, ya que se necesitan mutuamente.

Los iremos viendo.