PECADOS E INDULGENCIAS
Desde hace algunas semanas te hemos venido informando en la Cope a través de “El Espejo de Sevilla”, de los lugares diocesanos para ganar la indulgencia plenaria en el Año de la Fe en nuestra Archidiócesis, según el decreto promulgado recientemente por el Arzobispo (puedes verlo aquí). Pero, en confianza, quizás estamos hablando de algo, me refiero a las indulgencias, que no sabemos exactamente lo que es, aunque te suene.
Si te sonará más lo de los Años Jubilares que concede la Santa Sede y que nos tocan muy de cerca. Por ejemplo, aquí en la Archidiócesis tuvimos un Año Jubilar en el Santuario de Consolación de Utrera en 2010. Hace muy poco ha finalizado el de la Hermandad del Calvario, y el 1 de Junio comienza el concedido a la Hermandad de la Macarena. También te sonará el que estamos viviendo ahora en Almonte, con la Virgen del Rocío, devoción tan íntimamente unida a Sevilla. Con motivo de alguna efeméride significativa, parece que está volviendo a tomar auge esta manera de celebración, con gran contenido espiritual y de gran potencial evangelizador… si se sabe lo que es y cómo aprovecharlo. Sería perjudicial para la fe que, sin mala intención y casi sin darnos cuenta,convirtiéramos los años jubilares en una especie de moda, vaciándolos de contenido, reduciéndolos a ser la guinda del pastel o el envoltorio bonito y solemne para otras cosas. Porque luego vendrían las lógicas denegaciones a las peticiones y a continuación las críticas hacia la Iglesia quien, debiendo proteger y custodiar los tesoros de la fe y de la gracia, se vería en la tesitura de denegar dichas solicitudes.
El Año de la Fe es también un año jubilar, promulgado de manera universal por Benedicto XVI. En los años jubilares se conceden las indulgencias, que es una manera de pedir perdón y reconciliarse con el Señor de cara a la otra vida, la eterna. Y la cuestión es que se habla poco de las indulgencias porque forma parte de esos temas que parece que se ha decidido dejar aparcados: la culpa, el pecado, el arrepentimiento, la purificación, la vida eterna. ¡Vaya cóctel peligroso! Cómo para sacarlo en una conversación, ¿verdad?
Nosotros en “El Espejo de Sevilla” sí nos hemos atrevido. Y como en la Cope estamos para informar, de estas cosas también tenemos que informar, y explicarlas, y darlas a conocer. En el programa del pasado viernes nos visitó el sacerdote Miguel Vázquez Lombo, párroco de San Lucas Evangelista y presidente del Tribunal Interdiocesano de Segunda Instancia, quien nos aclaró perfectamente todo esto de las indulgencias. Ya ves, hablamos de lo que no se suele hablar, pero que nos influye mucho más de lo que pensamos (y nos influye para mal).
Cuando escuchamos cómo se intenta analizar las causas de una mala acción por parte de alguien, se intenta acudir a motivaciones como el entorno familiar o las reacciones químicas del cerebro. Parece que está prohibido hablar del pecado, del mal uso de la libertad cuando nos inclinamos por el mal, del desprecio a la moral y a la caridad… Que nadie se llame a engaño: la tremenda crisis económica, por ejemplo, que padecemos tiene como base la decisión moral de personas concretas, buscando el enriquecimiento desmesurado a costa de todo y de todos. Pueden buscar complejas explicaciones basadas en la ciencia económica, pero en el fondo late un conjunto de decisiones libres personales. Decisiones que resultan ser un pecado contra Dios y contra el prójimo. No lo digo yo. Lo han denunciado reiteradas veces el Papa, la Conferencia Episcopal Española y nuestro Arzobispo, D. Juan José Asenjo.
El Año de la Fe, las indulgencias, las peregrinaciones a los lugares designados por el Arzobispo: oportunidades para fortalecer el alma y, por ello, nuestra entera persona. No viene mal en estos tiempos recios que nos ha tocado vivir.
Invadiendo las competencias del magnífico blog de Adrián Sanabria con su reflexión semanal del Año de la Fe, te presento el modo en que la Archidiócesis de Sevilla nos invita a acogernos a la misericordia del Señor ganando la indulgencia de estas maneras:
– Participando en al menos tres momentos de predicación durante las Santas Misiones o, al menos, en tres lecciones sobre el Concilio Vaticano II y sobre los artículos del Catecismo de la Iglesia Católica.
– Acudiendo un día libremente elegido por el fiel al lugar del propio bautismo, renovando allí sus promesas bautismales.
– Peregrinando a uno de estos lugares:
La Catedral de Sevilla y las basílicas de la ciudad (Gran Poder, Macarena, María Auxiliadora y Cachorro), el Santuario de Ntra. Sra. de Setefilla en Lora del Río, la Parroquia de Santa Cruz en Écija, el Santuario Diocesano de Ntra. Sra. de Consolación en Utrera y la Ermita de Cuatrovitas en Bollullos.
Y participando allí en una celebración o rezando al titular del templo en cuestión.
– Los enfermos o impedidos pueden ganar las indulgencias ofreciendo sus sufrimientos o malestares y rezando por los frutos del Año de la Fe.
Todo ello cumpliendo las tradicionales condiciones: confesar, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre.
Un detalle: puedes ganar la indulgencia para ti mismo o para un difunto. No hay manera más bonita de seguir amando a alguien a quien quisimos en esta tierra, que ganar para él la indulgencia que purifique su alma y pueda participar de la resurrección final. Por Cristo, el amor va más allá de las fronteras de la muerte.
PD: También nos visitó en el programa la religiosa Mª Elena Fernández, de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, fundadas por el beato Manuel González, sevillano del barrio de San Bartolomé, gran sacerdote, párroco, arcipreste y obispo sucesivamente de Málaga y Palencia. Su preocupación por la dignidad del culto al Santísimo Sacramento, por la adecuada preparación de los sacerdotes y por el elevado nivel de pobreza de la población hace que sus escritos sean muy recomendables.
Marcelino Manzano.
(Twitter: @Marce_Manzano)