Photocall cofrade
Ya saben a qué me refiero. Sobre un fondo en el figuran los logos de las marcas que patrocinan un acto cualquiera, se fotografía a algunos famosos que acceden a posar delante de ese gran cartel inundado de marcas comerciales. Se consigue así asociar la figura del famoso, y lo que este representa, con las marcas del photocall –que así llaman a ese telón de fondo-. Normalmente el famoso cobra, y mucho, por prestar su imagen para promocionar las firmas que aparecen en el photocall, aunque el éxito del producto o servicio anunciado a él no le preocupa mucho, más bien nada. Lo único que tiene que cuidar es que éste no estropee su imagen personal.
En ocasiones el proceso es el inverso: personas, que quieren ser conocidas, son las que se colocan delante del telón, sin cobrar o incluso aunque les cueste dinero, para que sea la marca, normalmente prestigiosa, la que les de prestigio a ellos. En este caso son los propietarios de la marca los que tienen que cuidar su imagen, para evitar que ésta se asocie a personas que no contribuirían a prestigiarla.
A veces en algunas hermandades se produce este “efecto photocall”. Personajes que entienden que las páginas del boletín de la Hermandad pueden ser un magnífico marco para promocionar su imagen, o los que buscan en esas páginas y en ese entorno alcanzar un prestigio social que no fueron capaces de conseguir mediante su esfuerzo personal y profesional.
“Para ser buen capataz” es una poesía del Padre Cué -que a unos les parece sublime y a otros deleznable- en la que un capataz, ya retirado, da consejos a su hijo que se está iniciando. Después de enumerar una serie de cualidades imprescindibles en un capataz: sentido de la proporción, buena vista, capacidad de mando, serenidad y alguna más, le da la clave que debe arroparlas a todas: Hijo, serás más capaz cuanto tengas más amor.
Lo mismo podría decirse de las cualidades para ser buen Hermano Mayor o miembro de Junta de Gobierno. De poco servirían las habilidades que podríamos llamar “técnicas” sin una imprescindible formación doctrinal que de sentido y sustente a esas actividades y sin una vida de piedad sincera y profunda a cuyo servicio han de estar todas las capacidades técnicas anteriores.
Afortunadamente los hermanos suelen tener el suficiente olfato, la suficiente finura de espíritu para no dejarse engañar por quienes toman la Hermandad como un photocall cofrade para alcanzar sus intereses particulares.
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