Pinturas murales de la Capilla Mayor. Parroquia San Ildefonso (Mairena del Aljarafe)
Durante los pasados meses de julio y agosto se acometieron las labores de recuperación de las pinturas murales que ornamentan la Capilla Mayor de la Parroquia de San Ildefonso de Mairena del Aljarafe. El proyecto comenzó a gestarse en el mes de octubre del pasado año y en febrero del presente recibió los permisos pertinentes para su realización por parte del Delegado Diocesano de Patrimonio.
Corría el año 1958 cuando Antonio Pérez Ruiz y Ángel Pérez Lora, dos artistas del vecino pueblo de Bollullos de la Mitación, fueron reclamados por la Junta de Gobierno de la Hermandad de las Mercedes de aquel tiempo para acometer la restauración del Retablo Mayor y la realización del ciclo pictórico que adorna la Capilla Mayor, cuyo tema principal es la Exaltación de la Virgen de la Merced como Mediadora y Protectora de la Humanidad. El conjunto se estrenó el primer día de Novena de ese mismo año causando gran asombro entre todos los presentes, según relatan las crónicas.
Con el paso del tiempo, el artista local Paco Franco, continuando con el diseño de las cornisas, completó la decoración del presbiterio. Sin embargo, la humedad hizo mella en las pinturas y, debido a su mal estado de conservación, fueron cubiertas por una capa de pintura blanca durante las obras de rehabilitación de la parroquia en el año 1997. Lo mismo sucedió con las pinturas del testero tras el retablo donde la humedad afectó en un mayor grado, teniendo que proceder al picado y enlucido de toda la pared, perdiendo así la decoración pictórica.
Desde el incipiente grupo de Pastoral de Patrimonio que se está gestando en la parroquia, con el párroco Alberto Jaime Manzano a la cabeza, decidimos acometer la recuperación de estas pinturas para devolver todo su esplendor a la Capilla Mayor. Estas labores fueron encargadas a Alejandro Velázquez Tello y José Ángel Correa Cano, graduados en Restauración y Conservación por la Universidad de Sevilla, que junto con el arquitecto-técnico José Panea Ruiz y el historiador del arte José Antonio Acebedo Colchero han sido los encargados de sacar adelante este proyecto.
La intervención se culminó el día 13 de agosto de 2021, siguiendo el cronograma planteado en el proyecto y permitiendo la reapertura de la parroquia por parte del párroco D. Alberto Jaime Manzano el día 14, vísperas de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen a los Cielos. Los feligreses pudieron volver a disfrutar de las ornamentaciones de la Capilla Mayor, algo que no sucedía desde 1997. Además, al finalizar la Eucaristía, se pudo realizar una pequeña explicación de todo el proceso de intervención.
Estas tareas se enmarcaron dentro de las labores de mantenimiento que se han realizado en la Parroquia tales como el pintado general del interior del templo, abrillantado de la solería, restauración de varias piezas de orfebrería, así como la reparación de los bancos y la incorporación de nuevos elementos destinados al culto. Los trabajos, a todas luces necesarios, han dejado la Parroquia en perfecto estado para el inicio del nuevo curso pastoral y la intensa vida que posee el templo mairenero.
Fases de la intervención en las pinturas murales
La intervención se inició estableciendo los criterios básicos que deben seguirse en todo proceso de conservación y restauración:
- Respeto general evitando las alteraciones en esta.
- Realización de un diario de trabajo escrito y fotográfico con el antes, durante y después.
- Ejecución de un reconocimiento del estado de conservación.
- Uso de materiales inocuos y reversibles.
- Limpieza exclusiva de la suciedad sin afectar a la capa de color.
- Reintegración de las partes faltantes sin intención de generar falsos históricos. Por ello, los colores empleados son similares, pero nunca iguales.
Posteriormente, en el mes de febrero, se realizaron diversas catas eliminando pequeñas zonas de la pintura plástica blanca para así, descubrir y verificar la existencia de las pinturas originales. Además, se pudo constatar el estado de conservación del estrato pictórico de ambas cornisas.
Se detectaron las mismas alteraciones en ambas cornisas, aunque, en una de ellas estaban más agravadas. Este hecho podría estar fundamentado en la orientación de la Capilla Mayor. La cornisa derecha, según el acceso a la parroquia, corresponde a la parte interior de la fachada del edificio sobre la que incide el sol mayor tiempo. Gracias a esto, la acción de la humedad ascendente del terreno por capilaridad no causaba tal agravio, como sí ocurre en el lado izquierdo. Es por ello, que el material constitutivo de la cornisa izquierda estaba más reblandecido. Igualmente, se constató que el pigmento azul y ocre empleado en las pinturas estaban disgregados en ambas cornisas, aunque en mayor grado en la izquierda. Por último, en lo que respecta al estado de conservación, en las catas ya pudo observarse la existencia de pérdidas de la capa pictórica.
La realización de estas catas también permitió llevar a cabo una serie de estudios previos para conocer los materiales y herramientas que serían necesarios para la limpieza, consolidación, reintegración volumétrica y cromática. Esta investigación se verificó posteriormente cuando se inició el proceso de conservación y restauración en el mes de julio.
La limpieza es una de las operaciones más delicadas e importantes dentro del ámbito de la conservación y restauración. Es por ello, que cuando se estudiaron los disolventes que podrían ser empleados para eliminar la pintura plástica blanca, se tuvo en cuenta un amplio abanico de productos para asegurar que la pintura original no se dañase.
A falta de un análisis que pueda determinarlo, pudimos concluir por el contexto histórico, la calidad técnica de la pintura y el acabado de estas, que Paco Franco habría empleado la técnica del temple vinílico para realizarlas.
Teniendo esto en cuenta, la ubicación en la que se encontraban las pinturas y la naturaleza inorgánica del soporte, se testaron una serie de consolidantes para fijar los pigmentos y los estratos pictóricos donde este se había separado del soporte.
Como conclusión de estos ensayos, la limpieza fue realizada empleando una serie de concentraciones de disolventes hidrocarburados aromáticos y alifáticos. Para retener el disolvente y asegurar una mejor actuación sobre la pintura plástica se emplearon papetas de algodón hidrófilo. Una vez que el disolvente había reblandecido la pintura plástica, se procedió a su retirada de forma mecánica mediante el empleo de diversos útiles.
Tras la limpieza, se procedió a la consolidación del estrato pictórico y su fijación mediante una microemulsión acrílica caracterizada por las reducidas dimensiones de las partículas, gracias a lo cual se evitaban brillos y cambios cromáticos. Para la reintegración volumétrica se utilizó generalmente sulfato de yeso dihidratado, que es el mismo material que se empleó para la realización de las cornisas. No obstante, durante el proceso de limpieza, se desvelaron grietas de diferente grosor en los paramentos que se rellenaron con un mortero de inyección a base de cales naturales exentas de sales eflorescentes. Para finalizar, se procedió a la reintegración cromática con témperas específicas para la restauración.
Pastoral de Patrimonio de la parroquia de San Ildefonso (Mairena del Aljarafe)
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