Ponerse en camino | Carta dominical del arzobispo (03-07-2022)
Este primer domingo de julio la Iglesia en España celebra la Jornada de la Responsabilidad en el Tráfico. Una Jornada próxima a la festividad del patrono de los conductores, San Cristóbal, y que coincide con el inicio de los desplazamientos masivos por las vacaciones de verano. El lema de este año es ‘María se puso en camino’ (Lc 1, 39). Cuando María sabe por el arcángel Gabriel que su prima santa Isabel está embarazada de seis meses y que puede necesitar su ayuda, inmediatamente se pone en camino hacia Ain Karem, el pueblo de Zacarías e Isabel, los padres de san Juan el Bautista. Para ella tiene más importancia la necesidad de su pariente Isabel que los peligros e incomodidades que puede acarrearle el viaje en aquellas condiciones.
Todos los días hay millones de conductores que cogen su vehículo o transporte público y se ponen en camino para acudir al trabajo, hacer gestiones, visitar enfermos, familiares y amigos o para pasar con la familia unos días de descanso. Hay muchas personas que, como María, se ponen en camino para ayudar a los demás en sus casas, hospitales u otros lugares. Los hay que se paran a socorrer a otros cuando en la carretera han sufrido un accidente de tráfico. «Me alegra saber –nos dice el papa Francisco- que desde el Departamento de Pastoral de la Carretera estén promoviendo un ejercicio ciudadano capaz de incentivar la cultura del cuidado» (Carta del papa Francisco el 14 de octubre de 2021 al Departamento de Pastoral de la Carretera).
Los desplazamientos siempre han formado parte de la vida de los seres humanos, y aunque a lo largo de los siglos los medios hayan ido evolucionando, los peligros y los riesgos del viaje siempre están presentes. Ya san Pablo se refiere a los peligros que comporta ponerse de viaje cuando escribe: «Cuántos viajes a pie, con peligros de ríos, peligros de bandoleros, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en despoblados, peligros en el mar» (2 Cor 11, 26). A pesar de los avances de la técnica y de las mejoras tanto en los vehículos como en las carreteras, los desplazamientos comportan siempre un riesgo; por eso es preciso cumplir fielmente las normas del código de circulación.
Con motivo del Día de la Responsabilidad en el Tráfico, que cada año la Iglesia celebra el primer domingo de julio, hacemos una llamada de atención a los conductores para que entre todos hagamos realidad lo que sigue pareciendo una utopía: llegar a cero accidentes mortales. A nosotros nos corresponde apelar a la conciencia y a las enseñanzas evangélicas y de la Iglesia, que no se limitan a recordarnos el deber de no hacer mal a nadie, sino el de hacer el bien a todos, hasta el punto de amar al prójimo como a uno mismo. La carretera, además de ser un medio para nuestros viajes y desplazamientos, ha de llegar a ser también un lugar de relación, de encuentro, de diálogo, de convivencia y de oración.
Después de estos últimos años en los que la pandemia ha suspendido o deslucido la fiesta en honor de nuestro patrono san Cristóbal, nos gustaría ver cómo se renuevan entre los conductores y transportistas las ganas de estar juntos y pasar página de los tristes acontecimientos. Por eso os animamos a que este año hagáis un esfuerzo por recuperar las tradiciones locales en honor de san Cristóbal. A la Virgen Santísima de la Prudencia y a san Cristóbal, elevamos nuestras súplicas y oraciones, para que os acompañen y guíen a todos los transportistas y conductores y cada día lleguéis felizmente a vuestro destino.
+ José Ángel Saiz Meneses
Arzobispo de Sevilla