Presencia sevillana en el Encuentro Mundial de Familias de Dublín
La Delegación diocesana de Familia y Vida ha participado en el Encuentro Mundial de las Familias (EMF) que ha tenido lugar en la capital irlandesa, Dublín, entre los días 21 al 26 de agosto, y que este año se ha celebrado bajo el lema ‘El Evangelio de la Familia: Alegría para el Mundo’.
La delegación oficial de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha estado encabezada por el obispo de Bilbao y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, dentro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS), mons. Mario Iceta. La Archidiócesis hispalense, por su parte, ha participado con 70 personas, junto a otras diócesis españolas (Bilbao, Jerez, Madrid, Mérida-Badajoz, Jaén, Barcelona, San Sebastián, Canarias, Getafe, León, Burgos, Tarrasa y Toledo).
Un matrimonio sevillano, María del Carmen Rodríguez y Rafa Muñoz, que han participado en el Congreso, han ido narrando sus experiencias en la web Siempre Adelante.
Programa
El Encuentro comenzó el pasado 21 de agosto, cuya apertura se celebró simultáneamente en todas las diócesis de Irlanda.
Del 22 al 24 de agosto tuvo lugar un Congreso que ha incluido presentaciones, charlas, talleres y debates, junto a exposiciones, actividades artísticas y culturales. También se han organizado sesiones especialmente para niños y jóvenes, con el fin de que toda la familia participe en el Encuentro. Las jornadas se han completado con la celebración diaria de la Eucaristía, actos litúrgicos y momentos de oración.
El pasado sábado tuvo lugar el Festival de las Familias, una celebración cultural con música, danza y canto, en un ambiente de oración y que contó con el apoyo de testimonios aportados por familias de distintas partes del mundo.
El papa Francisco puso fin a este Encuentro el 26 de agosto, con la celebración de la Eucaristía.
Durante el Encuentro el papa ha insistió en que las familias deben afrontar las dificultades en la sociedad, con el sentido de ser una verdadera familia de pueblos. Igualmente, destacó la importancia de revalorizar la familia como célula básica de la sociedad y de la Iglesia, enfocándose en que el matrimonio «no es simplemente una institución sino una vocación», que debe ser cuidada y protegida.
Además, el santo Padre dijo a las familias que el hogar es el primer y más importante lugar para transmitir la fe, “a través del sereno y cotidiano ejemplo de los padres que aman al Señor y confían en su palabra”. “Ahí, en la iglesia doméstica, los hijos aprenden el significado de la fidelidad, de la honestidad y del sacrificio. Ven cómo mamá y papá se comportan entre ellos, cómo se cuidan el uno al otro y a los demás, cómo aman a Dios y a la Iglesia. Así los hijos pueden respirar el aire fresco del Evangelio y aprender a comprender, juzgar y actuar en modo coherente con la fe que han heredado”, argumentó Francisco. En esta línea, recordó que “gestos pequeños y sencillos de perdón, renovados cada día, son la base sobre la que se construye una sólida vida familiar cristiana”.
El pontífice concluyó asegurando que las familias son la esperanza de la Iglesia y del mundo. “Con vuestro testimonio del Evangelio podéis ayudar a Dios a realizar su sueño, podéis contribuir a acercar a todos los hijos de Dios, para que crezcan en la unidad y aprendan qué significa para el mundo entero vivir en paz como una gran familia”.
Discurso del Papa en el Festival de las Familias, durante la tarde del pasado 25 de agosto, en el marco de su 24° Viaje Apostólico a Irlanda, con ocasión del IX Encuentro Mundial de las Familias. (Fuente: Vaticannews.va)
¿Qué son los EMF?
Los Encuentros Mundiales de las Familias (EMF) se iniciaron en 1994, cuando el papa san Juan Pablo II solicitó al Pontificio Consejo para la Familia (actualmente parte del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida) establecer un evento internacional de oración, catequesis y celebración para las familias.
La finalidad del evento sería congregar a participantes de todo el mundo, contribuir a consolidar los lazos entre las familias y dar testimonio sobre la importancia vital del matrimonio y la familia para la sociedad en su conjunto. Desde entonces se ha venido celebrando en diversos lugares del mundo con una periodicidad de tres años, siendo la última convocatoria celebrada el año 2015 en Filadelfia.