Que bueno el perdón
Oía el otro día esta frase: “el perdón es la mejor medicina del corazón”. Me hizo pensar y acordarme de muchas situaciones y personas, y por supuesto de mí misma. Trato con personas muy heridas, tanto en la cárcel como en el Teléfono de la Esperanza. Se sufre mucho porque no se sienten perdonadas, o les cuesta muchísimo perdonar, y más que nada porque no se pueden perdonar a sí misma.
Cuesta mucho cuando se está dolido, cuando se tiene rencor y remordimiento. En palabras del papa Francisco: “¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices”.
Sí, el perdón lleva a la libertad, a la paz. Nos beneficiamos enormemente cuando decidimos perdonar. Bien porque tengo que perdonar o yo mismo necesito perdonarme. Ciertamente no es ignorar lo que ha sucedido, ni siquiera olvidar, porque no somos dueños de nuestra memoria, no es algo ni sencillo ni rápido, es todo un proceso para reajustar una situación emocional de dolor. Para perdonar hay que ponerse en situación empática, ponerse en el lugar del otro, y para perdonarse así mismo se necesita humildad, reconocimiento de nuestras debilidades. Perdonar es un don gratuito, es una grandeza saber perdonar, no es una debilidad.
La practica del perdón, y su gran dificultad, ha existido siempre. Para los cristianos nuestra fuente y nuestra fuerza en este proceso está en Jesús, todo su mensaje cargado de amor, de misericordia, de perdón, hasta el final de su vida que muere perdonando.
Rezar el Padrenuestro nos da la clave de cómo debe ser nuestro sincero perdón: “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. ¿Cuántas preguntas tendríamos que hacernos al acoger estas palabras de Jesús? Intentemos rezarlas de verdad con esperanza y con mucha humildad.
Que María, Madre de Misericordia nos ayude en nuestros procesos de perdón.
5 comentarios
Muy bueno. Nos lleva a la mejor reflexión para alcanzar la paz frente al sufrimiento.
Gracias
Muy bueno y muy EVANGÉLICO, me ha encantado. Gracias Pilar, lo difundo,. Una buena meditación
Gracias Pilar! Alivia leer que perdonar no es ignorar u olvidar, lo sucedido ha sucedido no lo podemos borrar, pero sí interiorizar y sanar.
Como siempre, en tus reflexiones, una buena leccion
Gracias, Pilar. Recordar que el perdón conecta con la fuerza divina y la dignidad del ser humano hace que actualicemos el procrso del perdón y renovemos la paz. Un fuerte abrazo