Archidiócesis de Sevilla

Con motivo del Año de San José, continuamos repasando algunas de las imágenes del Santo Patriarca que encontramos en nuestra Archidiócesis. Hoy nos detenemos en la que se encuentra en la Iglesia del Convento de los Carmelitas Descalzos de Écija.

En un primer momento, San José se representa siempre en el arte cristiano formando parte de las escenas de la infancia de Jesús en las que, según los Evangelios tanto canónicos como apócrifos, aparece el Santo Patriarca. No es hasta el siglo XVI cuando surgen las primeras esculturas devocionales, constituyendo un hito en este sentido la estatua de piedra que realiza el escultor Giraldo de Merlo en 1608, que Santa Teresa de Jesús coloca en la portada del Convento de San José de Ávila, ya que como cuenta en su Libro de la Vida, el Señor en una visión le recomendó que dedicara este convento a San José y que “a la puerta nos guardaría él”. Esta santa tendrá mucha importancia en la difusión de la devoción del padre putativo de Jesús, al que dedicará la mayoría de las fundaciones llevadas a cabo por ella.

La iconografía de San José con Jesús en brazos deriva directamente de la de la Virgen con el Niño, siendo además reflejo de escritos místicos como los de Sor María Jesús de Ágreda (1602-1665), quien narra como “la primera vez que el santo esposo recibió al niño Dios en los brazos le dijo María Santísima: Esposo y amparo mío, recibid en vuestros brazos al Criador del Cielo y Tierra y gozad su amable compañía y dulzura para que mi Señor y Dios tenga en vuestro obsequio sus regalos y delicias”. La escritora concepcionista narra como San José agradecía “con profunda humildad” cada vez que la Virgen dejaba al Niño en sus brazos y cómo al acariciarlo se llenaba de “dulzura y descanso”, expresión que vemos reflejada en esta imagen que se encuentra en la iglesia de los Descalzos de Écija, documentada en 1757 de autor anónimo.

Muestra a San José de pie, sosteniendo al Niño Jesús con ambos brazos, como acunándolo con cariño y ternura en un pañal o sábana, que evoca al corporal donde el sacerdote deposita la Hostia Consagrada durante la Misa, apareciendo así el Santo Patriarca como trono de la Divinidad y ostensorio que muestra al Verbo encarnado. Esta iconografía tiene su origen en Alonso Cano, si bien se difundirá ampliamente gracias al San José que Pedro Roldán esculpiera en 1664 para la Catedral de Sevilla.

Destaca la mirada del Niño dirigida al espectador, como invitándonos a que acudamos a este santo en nuestros problemas y dificultades, ya que como Santa Teresa dice en su Libro de la Vida acerca de San José: “quiere el Señor darnos a entender que, así como le fue sujeto en la tierra, así en el cielo hace cuanto le pide”.

Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural

Fotografías: Adrián Sarmiento.