Archidiócesis de Sevilla

El pasado 8 de julio tuvo lugar la clausura del Año Jubilar de la Real Parroquia de Santa Ana. El cierre de la programación jubilar se hizo coincidir con la Eucaristía que presidió el Obispo auxiliar en un templo singular, con una gran carga emotiva para todos los nacidos en un barrio que mira a la ciudad con un sentimiento de pertenencia cuyo corazón está en la iglesia que se levantara tras la Reconquista, hace 750 años.

Se cerraban así doce meses en los que la Catedral de Triana se ha revelado nuevamente como una iglesia abierta a la que, como subraya el párroco, Eugenio Hernández, “están vinculados no solo sus fieles sino trianeros que viven fuera del barrio”. El Jubileo ha servido, entre otras cosas, para comprobar la fuerza que tiene actualmente la devoción a Santa Ana. El coordinador de los actos del Jubileo, José María Rubio, apunta que se trata de una devoción que ha originado Triana: “se construyó la iglesia y a partir de aquí nace Triana, alrededor de la devoción a la santa, lo cual no deja de ser un poco misterioso o providencial”.

En efecto, Santa Ana se ha constituido como una devoción central “a este lado del río”. Rubio explica que se trata de algo que “se ha difundido después, porque Triana se ha extendido, y hay una Triana en la diáspora para la que la santa –y, por tanto, el templo, la parroquia- es su referencia. El Jubileo –añade- ha puesto en realidad eso”.

Descubrimiento cultural

Estos doce meses han servido también para resituar la iglesia en los itinerarios de la ciudad. “Todos se sorprenden al conocer la Parroquia de Santa Ana. Hasta hace poco tiempo no entraba en los circuitos comunes, y cuando la gente llega a Santa Ana y ve la fábrica, la ven por dentro, las obras que hay, cómo está iluminada, cuando ven la cripta, la gente sale impresionada. Y esto pasa no solo con la gente de fuera, sino incluso con gente de Sevilla”, destaca el coordinador del Jubileo. A ello ha contribuido el ambicioso programa cultural desarrollado con ocasión del Jubileo, que ha tenido su máximo exponente en la muestra sobre la iconografía de Santa Ana que ha podido visitarse en el trascoro del templo de la calle Vázquez de Leca.

El Jubileo ha supuesto un impulso para la parroquia. José María Rubio señala que ha habido “una multiplicación de efectos, algunos que se podían prever, pero con lo que quizás no contábamos es con el enriquecimiento que hemos visto y los compromisos que se han ido confirmando de personas concretas con la parroquia después del Jubileo”. De hecho, se ha experimentado un ofrecimiento continuo de gente a la parroquia en diversas tareas. “No partíamos de cero, pero hemos vivido lo de la multiplicación de los panes y los peces”, añade Rubio.

Otro de los objetivos era actualizar la parroquia. Eugenio Hernández afirma que el Jubileo ha sido “un año de gracia para la vida y la comunidad parroquial”, y ha supuesto una mayor cohesión de sus miembros, un avance en la pastoral con la potenciación de la actividad sacramental, catequesis, formación de adultos, etc. Además, se han habilitado nuevos espacios para la catequesis y la acción pastoral, con lo que se refuerza la acogida, “algo que la gente –según afirma José María Rubio- valora enormemente”.

Orgullo de parroquia y devoción

Los trianeros presumen de Santa Ana, de su parroquia, de su templo, de su devoción. Tanto Rubio como Hernández reconocen que “emocionalmente, sensiblemente, externamente, hemos compartido momentos de gozo y de afirmación”. Y todo se ha concreado en “un enriquecimiento en lo personal, en lo referente a la comunidad parroquial”.

Este podría ser otro fruto positivo del Jubileo, y el coordinador subraya que el año jubilar “otorga dones más allá de lo que imaginamos y pensamos. Toda la vida parroquial ha estado impregnada del espíritu del Jubileo, y se ha subido un escalón en la forma de hacer las cosas”.

Los días ‘señalaítos’ 

El día 26 será la jornada central del amplio programa preparado con motivo de la festividad de San Joaquín y Santa Ana. Entre las misas de ese día llama la atención la dedicada a los abuelos, una Eucaristía que originariamente ofrecía la Hermandad de Sacerdotes. Aunque no es oficialmente patrona de los abuelos, a Santa Ana se le cita como referente cristiano de esta dedicación. Dentro de esta programación, el párroco subraya también el aula ‘Conoce tu parroquia’, que coordina Amparo Rodríguez Babío, y una novedad musical que tuvo lugar la tarde del día 19: el concierto de órgano con ministriles.

Son los días de Triana, de su gente. De los que viven en el barrio y de los que tuvieron que alejarse por distintos motivos. Todos llevan la pertenencia al antiguo arrabal como un signo identitario del que ni quieren ni pueden despojarse. Son de Triana, y de su corazón: son de Santa Ana.