Archidiócesis de Sevilla

Impresiona entrar en Santa Catalina vacía, pero ya no da miedo. Se han retirado los apeos, esos herrajes que parecían sostener el edificio como las muletas que sostienen al enfermo. Ya no se estiman necesarios y ahora, sin la visión de los altares, protegidos por estructuras de paneles, toda la visión se centra en la esbeltez de las pilastras y arcos mudéjares y el precioso artesonado que sí está ya restaurado. Impresiona, pero ya no da miedo. El meticuloso estudio de Francisco Jurado nos aclara las cosas: los huesos están bien, nos centraremos en la piel. Me gusta este arquitecto: sabe de lo que habla y habla claro. Santa Catalina va a estar en muy buenas manos.

En la espera de la rueda de prensa, el gran Miguel Ángel Osuna, fotógrafo colaborador de la Archidiócesis, generoso a más no poder en todo lo que le pedimos, me cuenta anécdotas de su dilatada trayectoria costalera en relación a Santa Catalina: sus igualás en la cuadrilla  del majestuoso paso de la Exaltación, la vez que tuvieron que meter allí el misterio del Beso de Judas… Las hermandades no sólo son importantes en los templos, sino que son parte de su alma, ya que en ella se imprimen nuestras vivencias y emociones con la túnica y el costal. Me pareció un buen detalle y digno de agradecer la presencia en la rueda de prensa de los hermanos mayores o miembros de junta de las hermandades residentes en Santa Catalina: Exaltación, Carmen y Santa Lucía. Pronto podremos poner fechas concretas del retorno de las veneradas imágenes de estas hermandades.

Será muy interesante lo que salga del estudio arqueológico previsto en la primera fase de esta nueva etapa de la restauración (la definitiva). ¿Qué historia esconde Santa Catalina bajo la vetusta solería? Además de propiciar aireación al lecho del templo, eliminando así las dichosas humedades, se nos abre un ilusionante proyecto en el que podamos tocar la historia, como las criptas del Salvador o el Antiquarium de la Encarnación. Así Santa Catalina no solo recobrará su esplendor, sino que se le añadirá mucho más valor del que ya de por sí tiene, enriqueciendo el patrimonio de Sevilla.

Creo que la Archidiócesis ha acertado por la transparencia con la que ha afrontado lo relativo al diagnóstico y lo que se pretende hacer con la restauración. Muestra del interés que genera Santa Catalina ha sido la presencia de los medios de comunicación locales. Pero lo fundamental para nosotros es informar, que se sepa bien todo lo que atañe a los asuntos de la Iglesia de Sevilla. En la web iglesiasantacatalina.com están todos los datos.

Ahora, tras escuchar las buenas noticias de la buena salud de la estructura, manos a la obra. Y todas las manos son pocas. Ojalá que el interés de tantos sevillanos, que incluso se plasmó en alguna concentración y colocación de pancartas, sea también colaboración para reabrir Santa Catalina lo antes posible. Pero ya hemos empezado y el dinero no será lo que detenga el progreso en los plazos que la Archidiócesis se ha marcado. Y que conste que, en realidad, no lo hacemos ni por el arte ni por el turismo. Lo que nos mueve es la gloria que Dios merece. Reconstruimos la casa de Señor para que desde su presencia en la Eucaristía, en los sacramentos, en la Palabra y en la caridad, Él esté presente para ser la lámpara que ilumine nuestros caminos.

Marcelino Manzano.

(Twitter: @Marce_Manzano)

Foto: Diario de Sevilla.