Santas Justa y Rufina. Capilla de Nuestra Señora del Rosario (Sevilla)
Celebrando el17 de julio la fiesta de las santas mártires trianeras presentamos la noticia de que recientemente se han puesto de nuevo al culto las imágenes de las Santas Justa y Rufina de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, sede de la Hermandad del Cristo de las Aguas, tras una magnífica restauración llevada a cabo por Ana Cordero y Esther Soler, de Musae Restauración de Arte.
Esta intervención ha motivado un exhaustivo estudio histórico y artístico que ha realizado el historiador Ramsés Torres, quien defiende la atribución de este conjunto al escultor Pedro Duque Cornejo, así como que su origen puede estar en el primitivo retablo mayor de la Parroquia del Sagrario, obra encargada en 1706 a Jerónimo Balbás, contratando las esculturas a Duque Cornejo. El retablo se finaliza en 1709, dorándose en 1712. En 1824 se destruye este retablo debido al cambio de estética que sustituirá el Barroco por el estilo Neoclásico, si bien algunas imágenes se conservarán, como el San Clemente que corona actualmente el retablo que en 1840 se instala en el presbiterio de la Parroquia del Sagrario, proveniente de la Capilla de los Vizcaínos del desaparecido Convento Casa Grande de San Francisco.
En 1945 el entonces párroco del Sagrario, Antonio Lorán Fernández, dona a la Hermandad del Rosario de la calle Dos de Mayo de la que era director espiritual dos imágenes de las santas Justa y Rufina que, según Ramsés Torres, son las que formaban parte del desparecido retablo mayor del Sagrario. En ese año son restauradas por el mayordomo de esta hermandad, M. Ayala, como recuerda la inscripción que ambas santas tienen en su espalda.
Por tanto, como defiende este historiador del arte, estas Santas que se han puesto de nuevo al culto por la Hermandad del Cristo de las Aguas (fusionada en 1977 con la del Rosario), son un conjunto atribuido a Duque Cornejo, fechado en 1709.
Las santas se muestran de manera simétrica, dispuestas a los lados de la Giralda hoy desaparecida. Santa Justa, que presenta un rostro lleno de unción, acerca su mano izquierda al pecho, mientras que con la derecha sostendría la palma del martirio, por lo que aleja el brazo diestro del cuerpo. Santa Rufina por su parte, es la mano derecha la que acerca al pecho y llevaría la palma con la izquierda, y eleva sus ojos al cielo con gesto de oración, siendo ésta la principal diferencia entre ambas, ya que su hermana dirige al frente su mirada. Ambas cubren sus cabezas por un velo blanco que le cruza por delante bajo el cuello y llevan un amplio manto sobre la túnica.
Hemos de felicitar a la Hermandad de las Aguas, así como a Musae Restauración de Arte, por la recuperación de estas interesantes e históricas esculturas, que engrandecen no sólo el patrimonio de esta pequeña capilla sino el de toda la Archidiócesis.
Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural
Foto: Musae Restauración de Arte.
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