SANTO DOMINGO PENITENTE, de Jerónimo Hernández
El convento de Santo Domingo, de Osuna, fue fundado bajo el patrocinio del duque de Ureña, don Juan Téllez Girón, en 1531. Aunque se comenzó la construcción en el siglo XVI, durante los siglos XVII y XVIII se hicieron en él varias reformas importantes. Ya en tiempos más recientes sufrió un gran deterioro, hasta el punto de haber estado cerrado durante años; últimamente ha sido restaurado en su totalidad, alcanzando su belleza original.
El retablo mayor fue contratado por Diego de Velasco y Jerónimo Hernández en 1582. En la hornacina central está una escultura extraordinaria de Santo Domingo penitente, realizada por Jerónimo Hernández en el último cuarto del siglo XVI.
Jerónimo Hernández (1540-1586) nació en Ávila, y se formó en el taller toledano de Juan Bautista Vázquez el Viejo. Se trasladó más tarde a Sevilla, y puede considerarse uno de los creadores de la Escuela Sevillana de Escultura, ya que en esta ciudad realizó la mayor parte de su obra. Esculturas suyas son el San Jerónimo del retablo de la Visitación, de la Catedral de Sevilla (1567); la imagen de la Virgen de la O (1575), en la parroquia de esta advocación de Ubrique (Cádiz) y el Cristo Resucitado (1582), de la parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla.
La imagen de Santo Domingo penitente es una de las obras más imponentes de Jerónimo Hernández. En esta imagen los paños adquieren un despliegue especial, a pesar de tenerlos recogidos en la cintura: ésta es una característica de Jerónimo Hernández, que así da más vida a sus esculturas. La mirada clavada en la cruz, que mantiene en su mano izquierda, explica el sentido interior que le lleva a la penitencia. Todo el torso tenso por los dolores impuestos a su cuerpo, no tiene más explicación que el amor que refleja su rostro encendido en amor de Cristo.
Esta imagen es una mezcla de naturalismo e idealización que este artista logra en sus obras.
Fernando García Gutiérrez
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural
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