Ser voluntario
Todos los veranos se ofertan muchos voluntariados, especialmente para jóvenes. Preciosas experiencias de ayudas, la mayoría en ambientes de marginación. Como otros años, este verano también participé en un campamento donde van mujeres-madres privadas de libertad con sus hijos, organizado por la Fundación Padre Garralda – Horizontes Abiertos.
Esta vez me quiero referir de manera especial a los jóvenes voluntarios que nos acompañan. Ir al campamento es el final de un curso donde ellos durante todo el año han sacado a los niños de paseo cada domingo. Fueron un verdadero testimonio de entrega, sin reservas, a los niños, a las madres, a lo que haga falta…Hay cansancio y también mucha felicidad en ellos. La evaluación siempre es positiva porque cuando uno se entrega se recibe muchísimo más.
Ahora al empezar el curso, otro colectivo, el de los adultos, se sienten llamados a ser voluntarios. Las motivaciones son muy variadas: deseamos ayudar a los demás, queremos hacer algo útil, una nueva experiencia en mi vida, nuevas relaciones…también se cubre un tiempo positivamente. Las razones con tan variadas como las personas.
Ciertamente el voluntariado es una forma de entender la vida, una actitud que busca construir una sociedad más humana y solidaria. Nuestra actuación, por pequeña que sea, provoca cambios en las personas y en la sociedad. Se comparte ese: damos nuestro tiempo, entusiasmo, conocimiento, responsabilidad… y recibimos conocimientos, amistad, experiencias nuevas, satisfacción de ayudar.
Si al leer este texto sientes la llamada, no lo dudes. “El ciento por uno”
«A los voluntarios no se les paga, no porque no tienen ningún valor, sino porque son invaluables.» Sherry Anderson.
6 comentarios
Muy bonito y muy cierto! Enhorabuena!
Hay que seguir promocionando el voluntariado. Siempre da buenos frutos, porque Dios es buen pagador, empezando por el alma del voluntario.
No lo has podido explicar mejor. Todos los que han sido voluntarios, siempre vienen enriquecidos. Gracias Pilar. Siempre haciendo el bien
Muchas gracias Pilar por tus reflexiones.
A todos nos movilizan e interpelan.
Cuantas gracias tenemos que dar a Dios los que podemos ayudar, aunque sea poco lo que hagamos.
Al leer «ser voluntario» me acordé de una canción, «manos abiertas» con una letra sugerente y maravillosa para aplicar a ese querer ser voluntario y, al buscarla por internet, porque no la recordaba, he encontrado a voluntariado de varios lugares con ese nombre. Sí, ser voluntario es estar con las manos abiertas para dar y para recibir, para ponerse así ante Jesús y ante los hermanos, sobre todo los más necesitados, pero sabiendo que tu vas a recibir mucho más de lo que das. Jesús tiene sus manos abiertas ante nosotros, no lo olvidemos. Gracias Pilar por hacérnoslo presente.
Ser voluntario también es ser agradecidos, es un «Grand Merçi» por todo lo recibido gratis y gratis lo debemos ofrecer a los menos favorecidos. Es cierto que el mundo no lo vamos a arreglar, pero si te apuntas al voluntariado, seguro que colaboras en no empeorarlo.