Archidiócesis de Sevilla

En la tarde del lunes, a propósito de la I Jornada Mundial de los Pobres convocada por el papa Francisco, Ana Solano y Víctor Navarro, matrimonio militante del Movimiento Cultural Cristiano (MCC), compartieron con miembros de la comunidad universitaria su experiencia como misioneros en Venezuela.

El acto ‘El clamor de los pobres exige justicia’, concebido como una charla-coloquio, comenzó con la presentación de la situación económica y política que vive Venezuela. Los ponentes descfribieron tres rasgos principales: la progresiva estatalización de las empresas, su condición histórica de estado  rentista  debido  a  sus  reservas  de  petróleo  y  la  inexistencia de  servicios públicos.  Sin embargo, la pobreza estructural que sufre la sociedad venezolana no es consecuencia del régimen populista de Chávez y Maduro, sino que “se trata de una circunstancia previa de la que también son responsables los gobiernos anteriores”. Navarro y Solano sostuvieron que sólo esta necesidad extrema padecida durante décadas explica el apoyo que la población brindara al populismo y la paciencia de la que han hecho gala los venezolanos para ver los resultados de las “políticas socialistas”, que a día de hoy son “nulos”. Así mismo, los misioneros apuntaron que hay que sumar los intereses geopolíticos de potencias económicas emergentes, como Rusia y China, que respaldan el sistema.

Intervención de la Santa Sede

Por su parte –continuaron-, la oposición se encuentra dividida y no cuenta con un programa común. “Esta es una de las condiciones que la Santa Sede exigía para mediar en el conflicto politico”, explicaron. Negociación que hasta el momento ha sido un fracaso y por la que el Papa ha recibido duras críticas. En palabras de Solano: “Querían que el Papa se echara en brazos de la oposición; y el Papa conoce la situación. Él es argentino”. Por ello, en este punto, el matrimonio militane hizo especial hincapié en la necesidad de denunciar el sufrimiento de los venezolanos sin caer en demagogias ideológicas.

 Sobre la sociedad venezolana

En cuanto al plano social, “la desmembración del modelo familiar es una realidad”. Los embarazos prematuros y no deseados son habituales, aunque “el valor de la vida puede más que la tragedia”.

Solano describió Venezuela como “un inmenso campo de concentración en el que la sensación de arbitrariedad es total”. No existe la clase media, sólo un inmenso abismo entre pobres y muy ricos. Para mostrar estos extremos narraron las humillantes colas de diez o doce horas para conseguir cualquier tipo de alimento y en las que marcan a las personas para evitar peleas; la reaparición de enfermedades erradicadas como la difteria provocada por la carencia de medicamentos e incluso de agua potable en los hospitales; o de las “tetitas”, bolsas de 100 cm³ de azúcar, el único alimento al día que muchos venezolanos pueden permitirse: “la gente sobrevive como puede”.

Apuesta por el laicado comprometido

Los misioneros cerraron su conferencia recordando que es necesario un laicado “capaz de dar respuesta”, apelando a la responsabilidad de los cristianos y apostando por “personas formadas que se arriesguen por el bien común”. El Movimiento Cultural Cristiano lleva 18 años comprometido con esta labor en las zonas más desfavorecidas para hacer sociedad frente al estado. Hoy la Iglesia en Venezuela representa la única esperanza y la fe de los sencillos.

Ángela Tenorio