Una quincena de sevillanos participa en el Encuentro de Laicos de Acción Católica
La Archidiócesis hispalense ha participado con una comitiva formada por cinco adultos y una decena de jóvenes en el Encuentro de Laicos de la Acción Católica General (ACG), desarrollado en Ávila del 1 al 4 de agosto.
Bajo el lema ‘Hacer realidad el sueño de Dios’, más de 700 personas pertenecientes a 46 diócesis se han dado cita en esta ciudad para celebrar el décimo aniversario de la ACG. Los inscritos han seguido la metodología de la Acción Católica basada en el ver-juzgar-actuar, para reflexionar sobre las acciones que los laicos están llamados a realizar en sus ámbitos más cercanos del trabajo, la cultura, la familia y la política, así como la presencia pública de la asociación. Las ponencias, testimonios y proyectos compartidos durante estas jornadas han generado numerosos compromisos para seguir, como dice el lema del encuentro, “haciendo realidad el sueño de Dios”.
En palabras de Rafael Morillo, presidente la Acción Católica en Sevilla, este Encuentro “ha permitido que nuestros jóvenes conozcan distintas realidades pastorales que se viven en otras diócesis españolas”. Así mismo, destaca la experiencia compartida junto a las religiosas clarisas, “de la que han venido totalmente cambiados”.
En su opinión, muchos cristianos “tienen abandonada la Doctrina Social de la Iglesia”, por eso, uno de los objetivos de la Acción Católica es darla a conocer. No en vano, la describe como “una herramienta para lograr un laicado formado y maduro en la fe”. En esta línea, agradece la apuesta que ha hecho la Archidiócesis de Sevilla, encabezada por su Arzobispo, monseñor Asenjo, para fomentar e impulsar esta asociación a nivel diocesano.
Por su parte, Jaime Oliver, joven sevillano al respecto del encuentro ha asegurado que “salir de nuestra tierra, de nuestra rutina, nos lleva a dejar la comodidad y la seguridad a un lado poniéndonos en búsqueda de la Verdad, con la confianza puesta en el Señor. Él toma la iniciativa, Él nos llama”. Por eso, insiste en que la respuesta de todos los cristianos debe ser “el deseo de una Iglesia misionera, viva, que sueñe en grande, una Iglesia joven metida de lleno en la sociedad, en la cultura, sin miedo a tomar decisiones importantes, que busque la verdad, la belleza y la bondad”. Una respuesta que junto a otros jóvenes ha encontrado en el itinerario formativo de la Acción Católica.
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