Utrera y Consolación, el pueblo en torno a una devoción universal
El 8 de septiembre, solemnidad de la Natividad de Nuestra Señora, es una fecha señalada en muchas localidades de la Archidiócesis de Sevilla. Una de ellas es Utrera. Y decir Utrera es volver la mirada al camarín de Consolación, el corazón de una villa inmersa estos días en sus fiestas patronales. A pesar de las obras que se están llevando a cabo en el retablo mayor, este templo, declarado santuario diocesano de peregrinaciones, sigue acogiendo a miles de peregrinos.
A tenor de las cifras registradas hace un año, desde el rectorado del santuario se estima que este fin de semana se darán cita más de veinte mil personas a las plantas de Nuestra Señora de Consolación. Esa fue la cifra del 8 de septiembre de 2018, y ahora la previsión va al alza al coincidir la solemnidad con el domingo. La procedencia de los peregrinos no se limita a las parroquias del arciprestazgo, y se han contabilizan fieles de la capital y del resto del mapa diocesano. Buena prueba de ello son las peregrinaciones ya confirmadas para una jornada que comenzará bien temprano, con el encendido de la lámpara la noche anterior.
Las puertas del santuario permanecerán abiertas toda la noche y la primera misa será a la una de la madrugada, con la participación de los peregrinos procedentes de Los Palacios, Mairena del Alcor, El Viso del Alcor, Puerto Serrano, Paradas, Morón y Dos Hermanas. Todas las comitivas –parroquiales, de hermandades, centros educativos, etc- están presididas por el párroco, y la acogida corre a cargo de la Hermandad de Consolación. Como afirma el párroco de Santa María de la Mesa, Joaquín Reina, “la Virgen nunca está sola, sea la hora que sea”. Esta acogida comienza en el exterior del santuario, concretamente en un solar aledaño cedido por la familia Rovira. Allí se ha instalado también el altar de velas de promesas, durante el tiempo que duren las obras.
Obras en el retablo mayor
Como principal novedad este año, la Virgen recibirá a los peregrinos en su paso de salida desde el presbiterio. El motivo no es otro que las obras que se están realizando desde el pasado 6 de julio en el retablo del santuario. Un proyecto ambicioso con el que se acometerá la limpieza integral, consolidación y fijación de una auténtica joya del barroco andaluz.
Once profesionales de la empresa Ágora, bajo la dirección de Juan Aguilar, tienen hasta finales de agosto para devolver este retablo a su esplendor original. Se trata de una obra considerada modélica en cuanto a su financiación, ya que en ella se han implicado la administración local, la propia parroquia y la Archidiócesis. De los 700.000 euros necesarios para acometer la restauración del retablo, 500.000 han sido aportados por el Ayuntamiento y el resto por la parroquia. Además, los 150.000 euros que supone la consolidación del camarín de la Virgen corren a cargo de la Archidiócesis de Sevilla.
Joaquín Reina ha valorado muy positivamente el acuerdo entre las partes implicadas, un consenso que no ha resultado complicado y que habla a las claras de la sensibilidad que hay en la localidad utrerana hacia un enclave tan relevante en la historia y la vida de fe de los habitantes de la comarca. Por su parte, el alcalde, José María Villalobos, se congratuló por el hecho de que los trabajos vayan a ser ejecutados por Ágora, y reiteró que su gobierno es “compromiso del respeto por nuestra historia”.
“Tenemos que contribuir todos”
La parroquia se ha puesto rápidamente manos a la obra para cubrir su cuota en la reforma del retablo. Rafael Rojas, responsable del rectorado del santuario, destaca que el primer paso es la concienciación entre los vecinos de Utrera: “Tenemos que contribuir todos, y para ello vamos a poner todos los medios a nuestro alcance, desde una cuenta en la que se podrán hacer donativos, hasta iniciativas culturales a beneficio de la obra». Desde la comisión se destaca también la implicación de las empresas e instituciones de una localidad cuya población censada supera los 52.000 habitantes.
Esta concienciación ciudadana pasa por una adecuada información. Así, la obra podrá ser seguida desde un espacio del interior del templo donde se proyectará un audiovisual explicativo de las distintas fases del proyecto.
Todos los esfuerzos, todas las voluntades son pocas tratándose de Consolación, una devoción mariana que lleva más de quinientos años bendiciendo al mundo desde Utrera.